Desde hace 15 días los 20.000 trabajadores que conforman la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara), junto al Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) y la Unión de Recibidores de Granos y Anexos (Urgara), tienen paralizado a todo el complejo agroexportador del país generando que se frenen operaciones de alrededor de 100 millones de dólares por día.
La medida es una discusión laboral en donde los tres gremios por primera vez en su historia deciden ir juntos en la discusión contra las grandes cerealeras que hoy tienen alrededor de 150 buques esperando para cargar flotando por el Río de la Plata; ya que la medida está stá afectando a la totalidad de puertos agroexportadores del país de las empresas Cargill, Bunge, ADM, Dreyfus, Glencore, COFCO, Terminal 6, Molinos Río de La Plata y Aceitera General Deheza (AGD), como así también a las plantas que proveen el mercado interno, todas empresas agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y en la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPCC).
Pero no solo preocupa a los exportadores, sino que otro que mira de cerca qué es lo que pasa es Miguel Pesce y Martín Guzmán. El presidente del Banco Central y el ministro de Economía no logran comprender por qué no hay acuerdo y presionan porque de esas operaciones dependen las liquidaciones de divisas que tanto necesitan las reservas del Central.
El reclamo es por un conflicto salarial, aunque esconde algo más. Los sindicatos piden un básico de alrededor de 90.000 pesos, pero ahí no radica la discusión. Las empresas son las más grandes multinacionales del mundo no quieren ceder en la discusión, pese a que el rubro salarios no sea más que el 2% de la facturación total. Y bajando en medio de la devaluación constante. Y así se lo hicieron saber al Gobierno.
El paro silencioso y aleccionador
Hasta el momento, lo más impactante de la discusión no es que no quieran ceder y que cataloguen de extorsión el accionar de los sindicatos, sino que cuando hablan con los funcionarios públicos plantean que esta discusión "puede ser un ejemplo para el 2021".
"Ellos -por los empresarios- dicen que los sindicatos extorsionan, que 20.000 personas paralizan el comercio exterior y la llegada de divisas pero también que es la posibilidad de aleccionar al mundo gremial, en especial a los gremios más fuertes. Ya no es una cuestión de dinero, es la discusión salarial del 2021", explica a Negocios&Política una fuente oficial.
Por el lado del sindicalismo hay sorpresa por el accionar del Gobierno y entienden que algo de lo que plantean los empresarios está interviniendo en la discusión. "Llevamos dos semanas parando el comercio exterior, la liquidación de divisas, es incomprensible la pasividad del Gobierno si no hay otra discusión detrás", dicen los gremialistas.
Desde Urgara enviaron un comunicado denominado Navidad en huelga donde señalan que la parte empresaria está buscando “disciplinar a los trabajadores y conjuntamente enviar un mensaje para el resto del empresariado y la clase trabajadora: la reactivación económica que se espera para el 2021 se la quedarán las empresas, en este caso tres o cuatro vivos que forman un oligopolio, y la salida de la pandemia tan esperada no traerá alivio para las familias que viven de su trabajo, sino que irá a engrosar las ganancias del capital concentrado”.
Lo cierto es que la fila de barcos se sigue extendiendo, el Río de la Plata parece una ciudad de noche por la cantidad de buques de gran porte que esperan para cargar. En el medio, el precio de la soja sube a valores récord de los últimos seis años.