El Gobierno Nacional decidió suspender el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para las exportaciones de harina y aceite de soja, entre otras posiciones arancelarias de la oleaginosa, según informó la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios y el campo ya huele un incremento de retenciones sobre el producto “estrella” del negocio exportador del país.
Este domingo, la subsecretaria que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, comunicó al sector exportador que “a partir de la fecha y hasta nuevo aviso el Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior que involucre las exportaciones de las siguientes posiciones arancelarias quedará suspendido a todos sus efectos”.
Entre los productos se destacan aceite de soja a granel y en tambores de 200 litros, identificados con las posiciones arancelarias; “Pellets" y Harina de soja, "Pellets", de harina de extracción y "Pellets", harina de tortas; Residuos y desperdicios de la industria alimentaria, alimentos para animales; Pasteles y demás residuos sólidos de la extracción del aceite de soja, molidos o en pellets.
La medida se conoció días después que el Gobierno firme un acuerdo para contener el precio en el mercado interno del maíz y el trigo, commodities que escalaron en la cotización en el mercado internacional por la situación que atraviesan Rusia y Ucrania, que representan cerca del 29% de las exportaciones globales.
El comunicado, que lleva la firma del subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, señala que la medida fue tomada "de conformidad con los términos del artículo 18 de la resolución 2019-128" dispuesta el 14 de noviembre de 2019 por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Amenaza a los precios locales
La restricción a la exportación de soja y sus derivados no impacta de forma directa en el mercado interno ya que más del 50% de la producción se despacha, sin embargo, desde entidades asociadas a la actividad entienden que, con esta medida, que derivaría en un incremento de las retenciones de 31 a 33% para los productos industrializados, lo que busca el Gobierno es compensar el mayor precio que deberá pagar por la importación de gas natural, otro insumo alterado por la guerra.
Ante el cierre de envíos de harina y aceite, productores amenazaron con poner fin al fideicomiso del sector que, según explicaron, era parte del acuerdo con la Secretaría de Comercio para “desacoplar” los precios internacionales de los locales.
En caso de que los fidecomisos caigan el impacto sería directo sobre el precio en góndola de productos de primera necesidad como panificados, harina, fideos y aceite, en un contexto complejo donde el mundo está comenzando a pensar que la soberanía alimentaria está en riesgo por la guerra, crece la inflación y las posibilidades de desabastecimiento.|