El sector aéreo en Latinoamérica perderá 3.700 millones de dólares en 2022, un 34% menos que este año, cuando las pérdidas ascenderán a 5.600 millones de dólares, y su recuperación estará muy por detrás de otras regiones del mundo, señaló la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA).
En rueda de prensa en Boston, donde IATA celebra su asamblea, Peter Cerdá, vicepresidente regional para el continente americano de esta asociación comercial mundial, señaló que hasta 2024 Latinoamérica no volverá a los niveles de viaje internacional que tenía antes de la pandemia, mientras que el tráfico doméstico en la región se recuperará un año antes, en 2023.
En Norteamérica, las aerolíneas perderán 5.500 millones de dólares en 2021, pero IATA prevé que en 2022 la región genere 9.900 millones de dólares de beneficios gracias a la rápida recuperación del mercado doméstico de Estados Unidos, donde el sector empezó a tener ganancias en el segundo trimestre de 2021.
Pero en Latinoamérica, los "significantes costes de reestructuración" que serán necesarios para que las aerolíneas se ajusten "a las nuevas realidades" lastrarán su actuación financiera, explicó Cerdá.
El ejecutivo de IATA también criticó la falta de armonización y coordinación entre los gobiernos del continente, lo que está causando confusión a los consumidores e incertidumbre a las líneas aéreas.
Cerdá aplaudió el anuncio de Estados Unidos de eliminar las restricciones de entrada que todavía tenían muchos países -como todos los de la UE- y permitir a partir de noviembre la entrada de todos los viajeros internacionales vacunados contra el Covid-19.
Asimismo, consideró que esta medida supone un importante avance porque eliminará la panoplia de limitaciones actualmente en vigor.
Sin competitividad
Con respecto a la situación en Argentina, Cerdá declaró que "el país no será competitivo si se aceptan las peticiones de los sindicatos" del sector sobre tarifas mínimas para los vuelos de cabotaje y consideró que las autoridades necesitan "abrir el mercado".
Argentina tuvo algunas de las restricciones fronterizas más fuertes y prolongadas de la región, pero con el gradual aumento de la llegada de pasajeros internacionales, que este mes llegará a 4.000 diarios, "hay luz al final de un túnel muy largo", añadió.
Además, la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, pronosticó que, para principios de noviembre se podría duplicar la cantidad de vuelos que lleguen al aeropuerto internacional de Ezeiza, frente a la eliminación de testeos obligatorios que ralentizan la circulación normal de los aviones en las pistas.
Pero la situación de Argentina se prolonga al resto del continente, puesto que Cerdá explicó, por otro lado, que en Colombia "el aeropuerto de Bogotá no puede competir con Panamá o Lima" si no se solucionan los problemas operacionales que sufre la infraestructura y dijo que las autoridades necesitan implementar medidas "de forma urgente" para solucionar la situación.
Cerdá también solicitó a las autoridades de Chile el fin de los requisitos de cuarentena para los viajeros internacionales vacunados que llegan al país porque la medida está limitando el tráfico de pasajeros, algo en lo que la Argentina ya avanzó a partir del 1 de octubre pasado.
Finalmente sobre Brasil, Cerdá repitió la demanda de la IATA para que el país, que junto con México nunca cerró totalmente sus fronteras a los viajeros internacionales, deje de exigir costosas pruebas de PCR en favor de las más asequibles de antígenos.
También expresó su preocupación por los impuestos que tienen la aerolíneas en Brasil y la política de precios del combustible que Cerdá dijo añadirán 255 millones de dólares en costes anuales para las líneas aéreas.|