Salarios y poder adquisitivo en Latinoamérica – Negocios & Política
 

Presente & Futuro |Salarios y poder adquisitivo en Latinoamérica

Las protestas en Perú y otros países de la región ante los aumentos de precio del combustible, los alimentos y distintos bienes básicos exhiben los problemas relativos al poder de compra de los sueldos. El caso argentino: inflación, empleo, actividad y un mínimo cada vez más pequeño.
Adrián Machado
Economía
Adrián Machado
Economía

Reclamos de distinto tenor se sucedieron en los últimos días en países latinoamericanos. Todos estaban relacionados con el aumento del costo de vida. Las implicancias del conflicto bélico en Europa del Este se sienten en la región: aumentos en combustibles, alimentos –según la FAO, la comida está de manera global en su precio más alto de los últimos 60 años– y otros bienes básicos son los principales focos de protesta.

El caso de Argentina es peculiar: bajo desempleo, crecimiento del empleo privado y público, fuerte aumento de la actividad industrial y de las exportaciones agropecuarias –con ingresos extraordinarios debido al alza de los commodities–, repunte del crédito a las pymes, alta inflación y salarios bajos.

Recientemente, el Indec brindó una serie de datos sobre diferentes aspectos de la economía nacional que sirven para comprender el presente argentino.

Desocupación 

Las personas sin trabajo alcanzan el 7% de la población, el número más bajo desde el último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Ese descenso se explica por el crecimiento de la economía, que subió 10% en todo 2021 y que en enero de 2020 había crecido un 5%. Entre los sectores más dinámicos se encuentra la industria, con un crecimiento que la deja cerca del pico histórico de 2015.

Pobreza

La cifra difundida es positiva, 37% en el segundo semestre de 2021, pero el descenso exhibido es un indicador de los límites del modelo económico actual. Los pocos puntos de descenso de pobreza en simultáneo con un crecimiento económico de dos dígitos se explican en buena parte por salarios, jubilaciones y pensiones muy deprimidos desde hace 6 años.

Por ejemplo, recién el año pasado los trabajadores formales pudieron tener ingresos superiores a la inflación. Cabe destacar que los empleados registrados son el 50% de los ocupados en Argentina, el resto se divide entre cuentapropistas e informales. Muchos de ellos pobres o indigentes.

Este mes el salario mínimo se ubicó en los 38.940 pesos. El momento de la negociación era distinto al actual, sin el escenario bélico en curso, de todos modos, nuevamente se acordó una suba por debajo de la inflación interanual.

Como ya hemos mencionado en un artículo anterior: salarios bajos, escasa recomposición del poder adquisitivo, e inflación acelerada conforman el talón de Aquiles del modelo económico de Alberto Fernández. Esta sentencia la podemos apreciar en los ingresos necesarios que un hogar de 4 personas necesitó para no ser pobre: a febrero de este año era de 83.800 pesos, es decir que tener un empleo formal no garantiza superar el umbral de la pobreza.

Asimismo, se observó una reducción de la distancia entre los ingresos de los hogares pobres y la Canasta Básica Total. Los primeros dieron un resultado promedio de $46.712, mientras que la segunda se ubicó en los $74.059, por lo cual la brecha fue del 36,9%, inferior al 40% del primer semestre de 2021. El mencionado repunte del mercado de trabajo, con el empleo privado registrado superando índices prepandemia, es uno de los motivos de la reducción de la brecha.

Población ocupada e ingresos

La última medición del Instituto de Estadísticas y Censos registró un ingreso promedio de $55.512 y un ingreso mediano de $45.000, equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúan el 50% de las personas ocupadas.

El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenado según el ingreso de la ocupación principal, fue de $19.941. El ingreso promedio del estrato medio (deciles del 5 al 8) fue de $53.608, mientras que el ingreso de los deciles 9 y 10 equivalió a $130.534.

Respecto a la población asalariada, se registraron 9.026.021 personas con ingreso promedio de $55.823.

El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $68.879 (+54,4% interanual), mientras que, en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio equivalió a $28.592 (+53,1% interanual).

Distribución

El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,413 para el cuarto trimestre de 2021 mientras que, en el mismo trimestre de 2020 fue de 0,435, lo que muestra una importante disminución de la desigualdad

La brecha calculada entre la mediana del decil 10 y el decil 1 de ingreso per cápita familiar de la población fue de 13. 

En la comparación interanual, la brecha de la mediana se redujo cinco puntos con respecto al cuarto trimestre de 2020. Respecto al último trimestre sin aguinaldo –segundo trimestre de 2021– bajó tres puntos.

No todos los deciles le ganaron a la inflación. El 30% de menores ingresos le ganó tanto a la canasta básica, a la alimentaria y al IPC.

En contraste, el 40% de mayores ingresos perdió contra ambas canastas y contra el IPC. 

El 30% restante –deciles 4 a 6– le ganaron a la canasta básica total, pero no a la canasta básica alimentaria.

Descartados incrementos salariales y/o sumas fijas por decreto, el gobierno, junto a sectores empresarios y sindicales –UIA y parte de la CGT–, acordó adelantar las negociaciones paritarias. Así como la implementación de bonos para los sectores más vulnerables: jubilados, tarjeta alimentar, AUH y diferentes planes sociales. 

Esto sucede en un contexto en el que se espera que la inflación del primer trimestre de 2022 alcance casi el 15%. Particularmente marzo, mes que se espera un piso del 6%, estará influido por el shock externo, aumento de tarifas y combustibles, así como por el inicio del ciclo lectivo escolar.  |

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