Aunque el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional despejó algunas incertidumbres que pesan en el escenario internacional, y se reflejan en cierta estabilidad en las distintas cotizaciones de la moneda estadounidense o el crecimiento de las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street, el contexto bélico se volvió en una causa más que acelera la inflación.
Este martes el presidente Alberto Fernández, encabezó la presentación de la agenda temática federal y productiva del Consejo Económico y Social, en un acto, en el Centro Cultural Kirchner (CCK). Frente a la cúpula dirigencial del ámbito nacional, tanto del sector empresario como el sindical, funcionarios, intendentes, gobernadores y académicos, Fernández se refirió a la inflación.
“Es cierto que la inflación se complica por el escenario internacional, pero de los cincuenta puntos de inflación debe haber diez que tienen que ver con la guerra y el contexto internacional, pero el resto son nuestros y eso hay que revisarlo, eso está mal, nos daña a todos", asumió en el mismo acto donde el Ministro Matías Kulfas presentó el Plan Argentina Productiva 2030.
Al respecto, Ricardo Delgado, economista titular de la consultora Analytica, analizó que “no hay plan a 2025, si no empezamos a bajar la inflación de manera más consistente y seria” y estimó que “el Gobierno se asustó con esta escalada reciente de precios internacionales que está afectando al mundo a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania y, obviamente, impacta sobre los precios de los alimentos a todo nivel en todo el mundo”.
En relación a las medidas que disparó el Presidente, a través de la Secretaria de Comercio Interior, principalmente Delgado señaló que “se empiezan a reeditar episodios que ya vimos en algunas etapas previas como son estos intentos de volver a regular algunos precios, de tener listas con precios por retrotraer a determinado día”.
“Me da la impresión que hasta ahora el Gobierno, por el 50 por ciento de inflación que se proyectaba para el 2022, se sentía cómodo”, afirmó y explicó que esa cifra “le permitía, de alguna manera, licuar parte del gasto público, empezar a cumplir con las metas fiscales del acuerdo con el Fondo”.
“Evidentemente –agregó-, con la guerra y el aumento de los precios, en particular de las commodities del trigo, del maíz, que impactan fuertemente sobre la mesa de los argentinos y el precio del gas importado, la receta va a tener que empezar a ser otra, porque la inflación ya ha subido de escalón”.
En el plano de las proyecciones, aunque no se espera que en el corto plazo el acuerdo con el FMI ayude a reducir la inflación, Delgado destacó que “llega en un momento en el cual estacionalmente va a haber más oferta de dólares en la economía porque la liquidación de la cosecha gruesa, soja y sus derivados”. Además, valoró que estos ingresos serán con los precios de exportación más altos de la historia argentina en términos comparativos.
Por lo pronto, el mayor ingreso de divisas engrosará las reservas del Banco Central lo que permite “calmar las expectativas devaluatorias que hacen y son una parte importante de las expectativas inflacionarias”, dijo y agregó que por las condiciones monetarias restrictivas “en un horizonte de seis meses, el acuerdo con el Fondo debería empezar a dar resultados en materia de desacelerar la inflación”.
La contracara, es cumplir con los requisitos como “dejar de planchar las tarifas” lo que da cuenta de mayores aumentos de tarifas respecto al 2021, una situación que acelera la inflación en el corto plazo. “Además te pide una mayor devaluación del dólar oficial que ha sido la otra gran ancla que el Gobierno tuvo hasta ahora para que la inflación no se fuera mucho más allá de 50 por ciento”, subrayó el analista especializado en Desarrollo Económico y Social.
En un esfuerzo por proyectar sobre las principales variables que pesan en el bolsillo, Delgado estimó que, en los próximos meses –abril, mayo, junio - la inflación permanecerá en “niveles significativos” con el agravante del contexto internacional mientras que el dólar, a partir de la mayor oferta de divisas -del agro- y “empezando a cumplirse las metas fiscales y monetarias que implican una mayor la reducción del déficit fiscal y, obviamente, una menor emisión por parte del Banco Central, no debería haber movimientos demasiado abruptos en los dólares financieros ni en el `blue´”, finalizó.|
