Con el acuerdo entre el Gobierno argentino y el FMI consumado, el organismo crediticio realizará un primer desembolso al Tesoro argentino por USD 9.650 millones. Con ese dinero, la administración de Alberto Fernández podrá cubrir los USD 2.800 millones de vencimientos con el FMI de la semana próxima.
En ese marco, a través de un comunicado, la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva advirtió que el programa cuenta con “riesgos excepcionalmente altos” por la guerra en Ucrania, y anticipó que el acuerdo económico podría necesitar “recalibraciones tempranas”, para recalcular metas y objetivos. Además, habló de la necesidad de un “amplio consenso político y social”.
“Si bien está en marcha una recuperación económica y del empleo, Argentina continúa enfrentando desafíos económicos y sociales excepcionales, que incluyen un ingreso per cápita deprimido, niveles elevados de pobreza, inflación alta persistente, una pesada carga de deuda y bajos amortiguadores externos. En este contexto, el programa económico de las autoridades establece objetivos pragmáticos y realistas, junto con políticas creíbles para fortalecer la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los desafíos profundamente arraigados de Argentina”, mencionó Georgieva.
“Los importantes compromisos financieros obtenidos de los socios internacionales de Argentina respaldarán los esfuerzos de reforma de las autoridades y mejorarán las defensas externas del país. Un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda de reformas, incluso a mediano plazo, lo cual es esencial para abordar las vulnerabilidades de larga data del país”, agregó.
“El programa contiene un conjunto cuidadosamente calibrado de políticas económicas. Una consolidación fiscal sostenida y favorable al crecimiento fortalecerá la sostenibilidad de la deuda y permitirá eliminar el financiamiento monetario del déficit fiscal, lo que ayudará a comenzar a abordar la inflación persistente y elevada. Además, un marco monetario y cambiario mejorado que genere tasas de interés reales positivas y un tipo de cambio real competitivo ayudará a respaldar la demanda de activos en pesos y mejorará la cobertura de reservas. Estas acciones ayudarán a allanar el camino para una eventual flexibilización de los controles cambiarios basada en condiciones”, continuó la directora gerente del Fondo.
“Es importante destacar que el programa incluye políticas para fortalecer el mercado de deuda en pesos domésticos, mejorar la efectividad y la transparencia del gasto público, promover la inclusión laboral y de género, y mejorar la sostenibilidad y eficiencia de sectores clave”, añadió.
“Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando. En este contexto, la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas, según sea necesario, será fundamental para lograr los objetivos del programa”, alertó.
El acuerdo
El máximo órgano de decisión del FMI debatió este viernes desde la mañana durante algunas horas el memorando técnico y de políticas económicas que rubricaron el staff del organismo y el Gobierno argentino a principios de mes, y que tuvo el apoyo del parlamento nacional. El directorio, integrado por los miembros del Fondo y con la presencia central de los Estados Unidos, China, Japón y países de la Unión Europea, le dieron el respaldo final al acuerdo. El último visto bueno fue alcanzado por consenso, pero no llegó a ser aprobado de manera unánime entre los miembros del board, según fuentes oficiales.
De esta manera, ya sin pasos necesarios para su formalización, comenzará de manera oficial el Extended Fund Facility (EFF) que reemplazará al Stand By que firmó el Gobierno de Mauricio Macri, luego de casi dos años de renegociación. El Gobierno aceleró el tratamiento de un nuevo programa con el FMI luego de las elecciones legislativas del año pasado, en una discusión que estuvo atravesada por las diferencias internas en el Frente de Todos.
En el programa económico que tendrá vigencia de dos años y medio, el Gobierno argentino se comprometió a cumplir una serie de metas macroeconómicas que serán exigibles por parte del FMI como condición para habilitar desembolsos trimerstrales, que le servirán al Estado argentino para cumplir con el calendario de vencimientos con el organismo, de acuerdo a la hoja de ruta establecida en el SBA de 2018.
A grandes rasgos, durante 2022 la Casa Rosada deberá mostrar, de acuerdo al nuevo programa económico, un déficit primario de, como máximo, 2,5% del Producto Bruto Interno, una monetización del rojo fiscal equivalente al 1% del PBI y una adición neta de divisas en las arcas del Banco Central de USD 5.800 millones.
El programa Extended Fund Facility (EFF), cuyos papers incluyen metas fiscales, de reducción de asistencia monetaria del Banco Central y de acumulación de reservas, y también proyecciones de inflación, un esquema de suba de tarifas y recorte de subsidios y menciona la posibilidad de desarmar de manera paulatina los controles cambiarios.|