Mientras se aguardan los datos oficiales de inflación del mes de marzo que el Indec revelará, este miércoles 13 abril, analistas y especialistas consultados por el Banco Central ya anticipan que se ubicará por encima del 5%. La situación preocupa cada vez más ya que, aunque algunos trabajadores recibirán aumentos, con el alza constante de precios se pierde capacidad de compra.
En ese sentido, el último estudio sobre consumo de Focus Market marcó una caída de 7,9% en marzo con un promedio negativo de 2,2 % en el primer trimestre del año.
Aunque desde diversos sectores apuntan al precio de los commodities para explicar la disparada de precios en los alimentos, un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), señala que, en promedio, la incidencia de los granos es de un 13% respecto al precio que se comercializa en góndola.
Al analizar la composición del precio de los alimentos el trabajo concluye que 1 de cada 4 pesos del precio final de los alimentos son impuestos y explica que, en su recorrido desde el campo a la panadería, el valor del trigo se multiplica por 7; en el caso de la leche se triplica, mientras que, en la carne, más del 60% son costos y 28% impuestos.
Para conocer cómo se llega a estos números la investigación desglosó eslabones y rubros y determinó que los granos no tienen la “culpa”, que se trata de “un mito a derribar”. En ese sentido el estudio destacó que el maíz representa sólo el 16% del precio final de la carne de cerdo, 23% en carne aviar, 11% en carne vacuna y 6% en leche mientras que el trigo aporta el 13% del precio del pan. “En el último tiempo, por la guerra Rusia-Ucrania se dio un aumento de granos y erróneamente se desvía la discusión de la inflación hacia ese lado: se asocia el aumento de precios de alimentos a la suba de precios del maíz o trigo, pero esta relación no es la que determina lo que salen los productos. Este estudio demuestra que el impacto es mucho menor al que se cree”, aclaró Natalia Ariño, economista de FADA.
Entre febrero y la primera semana de abril, el precio del trigo aumentó un 30% y el del maíz un 10%. “Teniendo en cuenta cómo influye el grano en los alimentos, el precio que paga el consumidor por el pan francés, no debería aumentar más del 4% por `culpa´ del trigo o, en el caso del maíz, no debería aumentar más del 1,6% la carne porcina, o el 2,3% la carne aviar, 0,6% la leche y 1,1% la carne bovina. Con esta información se cae el mito de que el precio lo pone el productor”, agregó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
Por este motivo, las especialistas explicaron que restringir las exportaciones de carne, trigo o maíz, crear un fideicomiso de trigo o subir los derechos de exportación a los granos, “son medidas que de ninguna manera reducen la inflación, sólo generan nuevas trabas y menores incentivos a producir”. Además, respecto al largo plazo, indicaron que “lo único que asegura que la carne, la leche o el pan sean baratos es más producción”.
Por su parte, David Miazzo, economista Jefe de FADA, opinó que aumentar la oferta es “la única forma genuina para que un producto sea barato”. “Por este motivo –aclaró-, lo que en realidad hay que hacer es incentivar la producción, abriendo mercados, generando previsibilidad, bajando la carga tributaria. Y en el proceso se genera lo que realmente necesitamos: más trabajo y más dólares”.
La “mochila” impositiva
En línea con los argumentos que aportan los productores de alimento, los resultados del estudio de FADA, muestran un alto impacto de los impuestos en la composición del precio final de los productos como pan, leche y carne productos elementales en la alimentación diaria de los y las argentinas. “De lo que pagamos por la carne, leche y pan, 1 de cada 4 pesos son impuestos. Es decir, los impuestos son un cuarto del precio final que pagamos los consumidores”, plantea el estudio.
En la carne de vaca el 28% del precio final son los impuestos de la cadena, en el pan francés la carga tributaria llega al 23% mientras que el sachet de leche entera tiene una mochila impositiva del 26% sobre lo que pagan los consumidores. En los tres productos analizados 3 de cada 4 pesos de impuestos corresponden a tributos nacionales, pero en algunos productos representa incluso más.
“En momentos donde la inflación se acelera se tiende a discutir los precios, la cadena y los costos, pero en realidad el problema no es de un precio en particular sino del peso en sí mismo, nuestra moneda pierde valor de compra, el problema es mucho más amplio”, señaló Miazzo y explicó que desde el equipo económico de FADA definen tres puntos para explicarlo: “Primero que tenemos un profundo déficit fiscal, segundo que esto se financia emitiendo pesos y como tercero se suma la falta de confianza, esta situación se traduce en pesos que cada vez valen menos: eso es la inflación”.
Leche. El trabajo arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa el 35%, la industria el 32%, el comercio 7% e impuestos el 26%. “Para decirlo de otra forma, en promedio el sachet tuvo un precio de $106,5, de los cuales $28 son impuestos”, explica Ariño. El maíz constituye el 18% del precio de la leche cruda (tambo) y el 6% del sachet.
Además, sobre 86% de costos de producción, 26% impuestos y -12% pérdida de la cadena, la cadena paga 78% de tributos nacionales, 18% provinciales y 4% municipales, mientras que el IVA representa el 67% de la carga impositiva.
Pan. Del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa el 13%, el molino el 4%, la panadería el 60% y los impuestos el 23%. Del campo a la mesa el precio del trigo se multiplica por 7,5. “El consumidor pagó en promedio $202,5 el kilo de pan, de los cuales $47 corresponden a la carga tributaria”, afirmó la economista.
Si se analiza cómo está compuesto ese importe, el trabajo detalla que el 63% son costos, el 23% impuestos y el 14% ganancias. De los impuestos que paga la cadena, el 77% son nacionales, 20% provinciales y 3% municipales. En tanto, Impuesto a las ganancias e IVA concentran el 70% de los impuestos pagados por la cadena.
El salto que se da en la panadería se debe a que en ese eslabón se combinan dos procesos de producción y comercialización, aclara el informe y agrega que este rubro tiene un uso intensivo de mano de obra, costos de servicios y costos de alquiler. Adicionalmente, las escalas de producción a lo largo de las cadenas son distintas, mientras el trigo y harina se realizan a gran escala, en la panadería se da de una forma más artesanal, por lo que los costos unitarios son mayores.
“A lo largo de toda la cadena la mano de obra representa el 34% del precio final, acumulado en gran parte en el sector panadero. Por cada kilo de pan que un consumidor compra, paga $70 de salarios, $47 de impuestos y sólo $26 de trigo”, explicaron desde FADA.
Carne. Se registra que en el precio promedio de la carne la cría representa el 28%, el feedlot 29%, frigorífico 5%, carnicería el 10% y los impuestos el 28% mientras que el maíz representa 11% del precio del kilo de carne al mostrador.
Desde la Fundación describen que la carga impositiva representa el 28% del precio, el 60% son costos de la cadena y 11% ganancias. De esos impuestos, el 75% son nacionales, 19% provinciales y el 6% municipales. El impuesto a las ganancias y el IVA, son los de mayor participación, ya que en conjunto representan el 65% de los impuestos totales.
Para comprender como se va componiendo el precio, este trabajo tiene en cuenta todos los costos, impuestos y resultados que se obtienen en cada eslabón. Por ejemplo, en el caso de la leche se considera desde el costo de la tierra del campo, de estructura, alimentación, sanidad animal, personal, etc. En la industria, la materia prima, logística, personal, gastos comerciales, transporte y en el comercio, también se incluyen sus propios costos operativos.
