Javier Timerman: “Hay que reducir la cantidad de dinero, e incrementar la producción y la inversión” – Negocios & Política
 

Economía & Política |Javier Timerman: “Hay que reducir la cantidad de dinero, e incrementar la producción y la inversión”

Desde Wall Street, el economista analiza la factibilidad de caer en una “híper-inflación”, el impacto de las últimas decisiones del Banco Central. La inflación se convirtió en una “fuerte amenaza” para la economía argentina que acaba de cerrar un acuerdo con el FMI. ¿Qué efectos pueden esperarse?
Ana Belén Ehuletche
Análisis
Ana Belén Ehuletche
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Con una contundente advertencia, Kristalina Georgieva, titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), explicó que “la inflación es una clara amenaza para la estabilidad y el crecimiento económico”. Las declaraciones se dieron luego de que el Indec difundiera el Índice de Precios al Consumidor de marzo (6,7 %), que resultó ser el más elevado en los últimos 20 años

Casi en simultaneo, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso la cuarta suba de tasas de interés del plazo fijo en lo que va del año. Se trata de un ajuste de 250 puntos que coloca el rendimiento de los plazos fijos a 30 días en un 46% anual, lo que representa una tasa efectiva anual (TEA) de 57,1%. Para el resto de los depósitos del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 44%, lo que empuja la TEA a 54,1%.

La decisión –que es parte de lo acorado con el Fondo Monetario Internacional (FMI)– es una alternativa para sostener el ahorro en pesos y evitar la dolarización, sin embargo, deja muchas aristas para analizar.

Para Javier Timerman, economista y co-fundador de AdCap, la medida hace que sea “más atractivo, teóricamente, invertir en pesos, quedarse en pesos, y eso debería frenar la demanda de dólares, incentivar el ahorro en pesos”.

Explicó que “eso es desactivar un poco el ritmo de crecimiento de la economía y eso, generalmente, modera la inflación, o es por lo menos lo que usan los Bancos Centrales en todo el mundo cuando hay procesos inflacionarios”. Aunque advirtió que “de todas maneras, son medidas que funcionan cuando se las toma en conjunto”.

“Si realmente creés que todo esto no va a funcionar o que la situación es mala, etcétera, etcétera, que te suban la tasa 2% o 3% no va a impactar al tomar decisiones, entonces, tiene que venir acompañada de varias políticas”, aclaró.

Mientras sectores de la oposición y del propio oficialismo reclaman un plan anti-inflacionario, Timerman tomó un concepto de un colega de Wall Street y marcó que “la inflación es muy simple, es mucha plata persiguiendo pocas cosas”

Y agregó que “lo que hay que hacer es reducir la plata, la cantidad de dinero, y eso lo hacés reduciendo el déficit, etcétera, etcétera, y después incrementando la producción de cosas, la productividad: que haya más inversión”.

Aunque el economista con una visión despegada del día a día se esfuerza por bajar al llano la problemática, reconoció que, para avanzar en ese sentido, se necesitan también otros elementos “que tienen que ver con la credibilidad, la Justicia y las leyes; es un proceso”.

El perro que se muerde la cola

En marzo, el registro marca que se importaron bienes e insumos por US$ 7.200 millones, la cifra más alta de los últimos diez años. La cosecha fue histórica y elevó al máximo la demanda de gasoil y la fabricación de maquinaria agrícola. La otra cara de la reactivación económica es la fuerte demanda de dólares para la industria, otro de los temores que mantiene encendida una luz amarilla en el Gobierno; por eso el cepo al dólar continúa en US$ 200 dólares y las distintas limitaciones al consumo en moneda extranjera para darle prioridad al acceso a los sectores productivos. Pese a los esfuerzos, el malestar por las restricciones es visible en todos los sectores tanto los minoristas como quienes dependen de insumos del exterior porque “faltan dólares”.

“Para mí que ya viví muchos de estos procesos, a medida que la Argentina entra en estas crisis es un costo la credibilidad y cuesta más atraer esas divisas”, agregó Timerman y describió un círculo poco virtuoso: “si tenés que invertir en una fábrica nueva para poder producir mejor, para que haya más productividad, que es fundamental en todo proceso anti inflacionario, que las empresas sean más productivas y tengan mejor tecnología se necesitan dólares, para eso se necesita deuda”.

En este punto el especialista en finanzas reconoció que “en Argentina hay todo este estigma de que la deuda es mala”, y destacó que “es bueno endeudarse, las empresas tienen que hacerlo, pero las diferentes crisis han hecho que sea cada vez más difícil tener un endeudamiento sano que significaría tasas bajas, etcétera”.

En el plano de las recomendaciones, el economista que dirige AdCap planteó que se necesita “un consenso político que no tenemos en la Argentina, no lo tiene el Gobierno dentro de sí mismo, pero mucho menos con la oposición, entonces, cuesta mucho”. “Y afuera, que es de donde van a venir esos dólares, hay un agotamiento respecto de esta situación donde no nos podemos poner de acuerdo en cosas básicas como una ley impositiva, una de promoción de inversiones en el sector energético”, destacó.

La situación local se enmarca en un contexto global complejo que, paradójicamente, coloca a la Argentina en un lugar particular por su capacidad de generar commodities. “Hay una guerra en Europa, la Argentina está en un lugar privilegiado y tenemos las dos cosas que el mundo hoy necesita, alimentos y petróleo, y sin embargo no podés capitalizarlo”, dijo.

Pese al escenario de tensiones globales que han generado una escalada inflacionaria en las principales economías del mundo, Timerman es respetuoso en sus proyecciones al descartar la posibilidad de que esa aceleración derive en una “híper-inflación” en la Argentina. “Veníamos de tasas muy muy bajas, de plata muy barata, toda esa plata que se puso en el sistema a combatir la pandemia empezó a impactar en la inflación; después tuvimos los shocks externos de los alimentos, estos cuellos de botella que se hicieron a raíz de la pandemia”, analizó sobre la situación global y estimó que “en Estados Unidos el Banco Central está tomando medidas; creo que el Gobierno americano ahora que tiene un Congreso tan dividido, donde se necesita el apoyo de los republicanos para subir el gasto, este proceso lo vamos a ver revirtiendo”.

Para la Argentina, el análisis económico, es menos previsible, pero con opciones para mejorar: “creo que no vamos a tener un proceso hiperinflacionario porque me parece que no están dadas las condiciones; es otro momento histórico, hay suficiente demanda de dinero y posibilidad de inversiones”

Aunque no es determinante en su panorama, Timerman reconoció que “va a costar mucho más revertir este proceso por la falta de crédito y porque se necesitan ajustes que se han evitado, que tienen que ver con los atrasos cambiarios que hay, los atrasos en las tarifas, todo un déficit que no podemos financiar genuinamente”.

También explicó que “hoy en día, si bien no hay posibilidad de endeudarse para las empresas argentinas, para los argentinos o para el país en el exterior hay muchos pesos en las empresas que están ganando dinero y no los invierten, a mi juicio, debería haber un consenso respecto al tipo de retenciones que necesitamos, leyes de hidrocarburo para fomentar la inversión, un acuerdo respecto a cómo sanar el tema tarifario”.

En la víspera de la carrera presidencial de 2023, Javier recordó las palabras de su padre –el periodista Jacobo Timerman– y proyectó que “el año antes de las elecciones es el año político más importante”; “espero que los argentinos podamos llegar a ciertos consensos respecto a cómo salir adelante, sobe todos estos temas que estarán en la agenda”, concluyó. |

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