La relación entre el incremento de precios y los aumentos salariales, ya era desproporcionada antes que iniciara la gestión Fernández-Fernández. Pese a lograr consenso respecto a la “multicausalidad”, el Gobierno no logra mejorar ni una de esas causas. Con brechas cada vez más altas uno de los peores números que enfrenta Sergio Massa es el de los “trabajadores pobres” con cifras que incluyen a casi 40 % de la población al borde de la indigencia.
Ante un auditorio colmado de empresarios y referentes políticos de los partidos clásicos de la Argentina, el ministro de Economía habló en el cierre del Council of the Americas. Hizo un repaso de las medidas que implementó desde su designación y habló de lograr un “Estado ordenado”.
Un punto en el que a grandes rasgos coinciden todos, desde Mario Grinman que expresó que “el orden es fundamental aquí y en cualquier lugar del mundo", hasta Horacio Rodríguez Larreta que dijo que "Argentina tiene que dar previsibilidad a nivel internacional".
Luego de conocer la inflación de julio -que marcó un récord mensual en 20 años- de 7,4%, el Gobierno avanzó en un demorado anunció de bonos para jubilados pero continúa dilatando la convocatoria a discutir precios y salarios entre empresarios y gremios.
El salario mínimo llegó a la mitad de la canasta básica en $ 47.000, hoy en $105.000 según el Indec. La inflación, en tanto, trepa al 46% en el año y la interanual a julio ya marca 71%, por arriba de las paritarias negociadas para el año.
Mientras espera la próxima semana concretar la reunión del Consejo del Salario, la CGT marchó contra los formadores de precios y por la recomposición de los salarios. Y aunque algunos buscan un bono único por Decreto, la organización de mayor representación gremial dice que busca “mecanismos de diálogo superadores” pero puertas adentro, muestran amplias diferencias.
El “cómo” de los aumentos divide las aguas. Es lógico, algunos gremios con poder de fuego ya superaron la inflación mientras que otras tienen trabajadores con salarios de pobreza, por eso, al llegar a la plaza chocan con las agrupaciones de la izquierda.
Aunque los salarios corren por detrás de los precios, el Gobierno no puso en marcha una negociación por recomponer ingresos. En un sentido, por el peso que ejerce el sector privado y el costo que le pone a cada mínima concesión. Pero también por cierta conveniencia respecto al enfriamiento de la economía, una medida antipopular pero que puede ayudar a reducir la emisión y bajar la inflación.
Aunque en los pasillos de Economía aseguran "las paritarias no generan inflación", explican que sostienen un nivel de consumo, que le da resto a los formadores de precio mejorar sus márgenes de rentabilidad.
Mientras el Gobierno continúa coqueteando con el sector privado, que ya se opuso al anticipo de Ganancias del mismo modo que volteó la “renta extraordinaria”, agosto ya marca más de 6 puntos de inflación.
Y, en línea con el plan, las ventas en los supermercados cayeron -0,6% interanual a precios constantes según el último dato del Indec, mientras que los shoppings – donde no se compran bienes de primera necesidad- siguen mostrando la recuperación pospandemia.
La nueva gestión Gobierno, hasta el momento, no mostró señales de poder controlar la formación de precios. Esta semana, el ministro de Economía podrá oficializar reuniones formales con la UIA y la CGT. O lo hace en estos días o los ingresos deberán esperar a la primavera ya que la última semana de agosto ya está reservado para revisar los números con el FMI. |