Como era de imaginarse, el consumo acumulado de combustible cerró el 2020 con una caída interanual importante en comparación al 2019. El dato se desprende de un informe que difundió la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (CECHA) y deja al desnudo lo que fue un año pobre para el sector. 

Todos los factores que generaron esta merma tienen un factor común: la pandemia. El confinamiento y las medidas restrictivas fueron un puñal para las petroleras en todo el mundo y, por supuesto, el caso de Argentina no fue excepcional.

El actual nivel de ventas está por debajo de los valores críticos, hay estaciones con estrés financiero, y el año recién comienza.

Un tránsito limitado, el cierre de escuelas, teatros, cines, las dificultades del turismo y la consolidación del homeoffice consolidó un contexto difícilmente sostenible en el tiempo para una industria que requiere que la gente se mueva y salga de sus hogares para poder subsistir. Hoy en día, el sector no termina de recuperarse y CECHA volvió a entregar un dato que genera preocupación: el consumo de combustibles se ubicó este enero un 10,3% por debajo de marzo de 2020, cuando se iniciaba la crisis sanitario.

El consumo acumulado durante el año pasado en combustibles cayó 19,7% respecto del 2019, con bajas del 12,5% en las ventas de de gasoil y del 27,5% en naftas. Esa caída interanual es la tercera acumulada en los últimos tres años, con contracciones del 0,8% en el 2018, del 1,3% al siguiente y del 19,7% en el anterior.

En diciembre del 2020, la comercialización de naftas y gasoil se ubicaba 12,7% debajo del nivel registrado en febrero último, cuando todavía no se habían iniciado las restricciones a la circulación que se aplicaron por la pandemia. Paralelamente, la demanda de gasoil, que está vinculada con el agro y el transporte, cayó 7,9% respecto de un año atrás, según un estudio de la consultora Economic Trends, elaborado para la CECHA.

El volumen total durante 2020 terminó 21,4% por debajo del nivel registrado en 2017.

El presidente de CECHA, Gabriel Bornoroni, sostuvo que el que terminó fue "un año dificilísimo y nuestro sector fue muy castigado" por la crisis sanitaria. "Podemos rescatar que no cerraron estaciones y ese repunte en la venta de naftas que se dio en los últimos meses, pero seguimos con la guardia alta porque nuestros problemas no terminaron", agregó.  Según precisó, el actual nivel de ventas está por debajo de los valores críticos, hay estaciones con estrés financiero, y el año recién comienza.