El ministro de Economía, Martín Guzmán, no necesita que le expliquen las cosas ni pierde tiempo en pasar por el Uniqlo de la 5th y 53 st que solían visitar los que buscaba el uniforme para los timbreos.
Obsesivo tiene una idea en mente, visitar a su viejo amigo y mentor, el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz y conversar la posibilidad de que a través del profesor se le habilite un encuentro con Janet Yellen, la secretaría del Tesoro de los Estados Unidos.
Stiglitz y Yellen son amigos y Guzmán buscará ese "puente de plata" para acceder a una de las figuritas difícil de la administración de los Estados Unidos pero de vital importancia en muchas de las discusiones que busca resolver.
El apoyo de Yellen puede inclinar la balanza a favor de la Argentina en el directorio del Fondo Monetario Internacional, entidad que sigue siendo muy amable con el ministro, pero cada vez más fría y distante.
Parte de esa frialdad fue la que está recibiendo de los fondos de inversión y de Wall Street estos días previos en New York. Aunque los especialistas respetan al ministro y no lo menosprecian por sus ideas, entienden que su margen de acción es cada vez más acotado. Y ponen como ejemplo la discusión que se está viviendo por las tarifas.
"Tenes a un interventor discutiendo a un ministro el valor de las tarifas. Esto no es algo muy común. Son dos niveles muy diferentes. Guzmán puede entender perfectamente la política, pero mandó un presupuesto al congreso que se lo votaron todos, los albertistas si es que eso existe y los kirchneristas, y ahora los diputados kirchneristas van a las audiencias públicas y hablan en contra de los aumentos y piden más subsidios. Es realmente increíble", explica un operador local que suele trabajar para un fondo de inversión de Wall Street.
Es por eso que Guzmán buscará mantener el buen trato con todos pero, principalmente buscará un acercamiento muy fuerte con el ala keynesiana del gobierno de los Estados Unidos. Necesita el apoyo de quien inclina la balanza en el directorio del FMI si quiere terminar el 2021 con un acuerdo cerrado. Y necesita, además, darle una señal a Wall Street que sólo mira el valor de los bonos y los ve caer continuamente.
Quizás quien mejor supo describir el escenario en el que está hoy el ministro Martín Guzmán es el ex funcionario del FMI Claudio Loser quien, desde Washington, señaló que en el FMI "hay una voluntad permanente de sentarse a negociar con la Argentina. La impresión del fondo es que en el gobierno argentino no quieren negociar para ganar las elecciones".
En conversación con una radio porteña, Loser terminó señalando que los hombres de las finanzas caracterizan a Guzmán como que es una persona que "profesionalmente es muy capaz pero, en medio de este contexto, no puede operar como él quisiera". |