Es un secreto a voces, todavía no está anunciado públicamente pero el propio presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se lo adelantó al colectivo de mujeres que fue a reunirse esta semana para conversar sobre la ley de aborto libre y gratuito. Ahí escucharon como la esperanza y la desazón a veces es cuestión de segundos: Massa les confirmó que habrá sesiones extraordinarias pero que no tratarán el tema aborto, la atención es para un solo tema; la economía.
El próximo 10 de noviembre desembarcarán en el Aeropuerto de Ezeiza una nueva delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que vendrá a reunirse con un cada vez más empoderado ministro de Economía. Martín Guzmán no para de sumar poder dentro y fuera del gabinete, sus dos semanas conteniendo y bajando el dólar lo pusieron en un lugar en el que muy pocas personas pueden estar hoy, al punto que es el único que se animó a decirle a Paolo Roca (Tecnint) y Héctor Magnetto (Grupo Clarín) que todo es conversable "pero gobernamos nosotros".
Ese empoderamiento es el que hizo que dictara la agenda de lo que se tratará en las sesiones extraordinarias en donde los proyectos de economía coparán la agenda.
El primero de ellos es la nueva fórmula de actualización de jubilaciones. El decreto que congela la fórmula macrista se cae el 31 de diciembre y es fundamental contar con una nueva. No sólo por eso, sino porque el FMI también quiere saber cuál será el costo previsional que deberá afrontar el Estado nacional.
En esta discusión nuevamente Guzmán mostró que es primus inter pares dentro del gabinete y se impuso a la cristinista titular de la Anses, Fernanda Raverta. Mientras esta última quería, al igual que buena parte de los legisladores del oficialismo, que el ajuste sea una combinación de tres indicadores: recaudación, evolución de los salarios e inflación; el discípulo de Stiglitz hizo valer su posición y, en su habitual tono parsimonioso, no dejó lugar a dudas. "Ajustar por inflación es lo que llevó al fracaso a la fórmula de Cambiemos. No podemos poner inflación en la nueva fórmula porque es un callejón sin salida".
En los próximos 30 días el Congreso se prepara para discutir la nueva fórmula de actualización y casi que no vale la pena adivinar cuántos indicadores contempla.
Pero no sólo eso, sino que el hombre hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata y que sueña con volver a la cancha se cansó de que le pidan un plan y que no entiendan su respuesta de que todas las medidas "están pensadas y planificadas" y en los próximos días mandará al Congreso de la Nación un proyecto de plan plurianual para la economía argentina.
“Tras la reestructuración de la deuda, se viene algo más profundo que es la definición de un programa plurianual para poner en orden y estabilizar la economía argentina. El contexto en el cual se está negociando con el FMI es una oportunidad para que entre todos nos pongamos de acuerdo en pilares fundamentales para la estabilidad”. dijo ayer en una fábrica automotriz.
En privado se discutió sobre las ventajas y desventajas de enviar esto al Congreso frente a la posibilidad de que el tema quede empantanado en las discusiones entre los legisladores. Sin embargo, Guzmán volvió a imponerse. "Lo hizo con el acuerdo con los bonistas, lo va a hacer con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y ahora con esto, Un análisis bondadoso señala que lo hace para contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas pero, en realidad, lo que hace es obligarlos a que todos se suban al barco y compartir responsabilidades. Si sale bien, el éxito es suyo, si sale mal, el fracaso es colectivo".
Con esto Guzmán se va a poder sentar con el FMI y mostrar un dólar controlado, un presupuesto 2021 aprobado, un modelo de lo que será el gasto en jubilaciones y pensiones y, por último, un plan, una hoja de ruta para los próximos años porque, si aún no quedó claro ayer lo volvió a repetir: "debemos hacerlo todos juntos, sobre la base de la responsabilidad, aceptando quién tiene la conducción"