Luego de registrar la mayor caída en el consumo de carne de los últimos 100 años, en 2020, con 49,7 kilogramos por habitante, frente a los 63 kilos de promedio histórico, el Gobierno inició un exhaustivo trabajo de análisis de la cadena cárnica para conocer sus costos y detectar dónde se producen los incrementos que, en los últimos años, hicieron que el clásico “asado” argentino sea remplazado por otro tipo de proteínas.
Las asimetrías entre consumo interno y exportación, una relación que repercute en el precio final del producto, se agudizó en plena crisis global por el Covid-19. Impulsadas principalmente por la demanda de compradores gigantes como China, las exportaciones crecieron en torno al 10 por ciento en 2020, mostrando la mejor evolución de la última década.
De los 3,17 millones de toneladas res con hueso que produjo el país en el año de la pandemia, 917.200 fueron exportadas según datos de la Cámara Argentina de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
La situación, que se mantuvo en el inicio de este año, contrasta con el fuerte incremento del precio del producto en el mercado interno, lo que motivó al Gobierno, concentrado en bajar la inflación para estabilizar la economía, a seguir la trazabilidad de los productos de consumo masivo, alimentos en general, y carne en particular.
El último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), marcó que el precio promedio de la carne vacuna en febrero creció 73,1, respecto al mismo mes del 2020, y un 80 por ciento en carnicerías de Capital y GBA. Por encima de ese promedio se movieron el asado de tira (84,2 por ciento), matambre (77,1), cuadrada (75,7) y bola de lomo (75 por ciento).
Así, luego de anunciar la creación del registro de exportadores, que obliga a los despachantes de carne a registrar el período de embarque de la mercadería, datos identificatorios del exportador, tipo de mercadería (deberá aclararse partida arancelaria, Certificación Sanitaria, Categoría de animal), tipo de carga y fecha de cierre de venta, entre otros datos, —para evitar “mecanismo evasivos”— los ministerios Desarrollo Productivo, Agricultura y Trabajo conformaron una alianza para trabajar en “un nuevo sistema que brinda mayor transparencia, optimización de cortes y protección tanto de los trabajadores del sector como de los consumidores”, declararon.
Como resultado, establecieron que las salidas de carnes de los establecimientos de todo el país, destinadas a comercio minorista, sólo podrán hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos cuyos pesos individuales no superarán los 32 kg.
Desde la cartera que dirige Matías Kulfas, indicaron que, a medida, que fue oficializada a través de la Resolución Conjunta Nº 4/2021, representa mayores estándares de calidad y sanidad sobre los productos cárnicos, a la vez que favorece la transparencia comercial y presenta un avance hacia una mayor modernización de la cadena de distribución de carnes en medias reses.
“De la iniciativa emana que hacer más eficiente la cadena de comercialización implica a la vez, actuar en defensa del consumidor, dado que comercializar en media res genera ineficiencias en la asignación de los cortes que repercuten en el precio que este debe pagar”, explicó el Ministerio de Desarrollo Productivo en un comunicado. En tanto, aclaró que “una distribución por trozos anatómicos de menor peso les permite a los abastecedores realizar una mejor asignación de los cortes, de acuerdo a las necesidades de cada mercado minorista”.
Descargo
Por su parte, la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) alertó sobre el impacto de la política de control que implementó el Gobierno en el sector. "Nos vuelven a llevar al achicamiento primero, y a la destrucción después, de la ganadería de nuestro país", señalaron los empresarios en un comunicado.
En el sector equiparan el Registro lanzado por Kulfas a los ROE (Registro de Operaciones de Exportación), que se implementaron durante el primer gobierno de Cristina Fernández, y según consideran "llevó a la pérdida de 12,3 millones de cabezas de ganado vacuno y, luego de un corto período, al aumento del precio de la carne en el mercado interno que pasó de 3 $/Kg a 12 $/kg".
La Ciccra señala que las medidas "copiadas de las implementadas por la dupla Guillermo Moreno-Cristina Kirchner en 2008, atacan directamente a la producción ganadera, en una nueva embestida de este Poder Ejecutivo contra el sector agropecuario, quién, es muy posible, que reedite la épica del mayor movimiento del sector en defensa de los intereses de los productores".
La entidad asegura que se avanza hacia “caída de las exportaciones” y advierte que las pérdidas podrían alcanzar a 500 millones de dólares en 2021 y generarían “un proceso de retroceso de nuestra producción de carne vacuna, con pérdida de riqueza, empleo y arraigo en el interior de nuestro país".
Los representantes del campo nucleados en la Mesa de Enlace, también emitieron un comunicado donde se opusieron al nuevo registro para exportaciones. “Son instrumentos que todos ya se implementaron en el pasado reciente con resultados contraproducentes para la producción, la actividad y el empleo”, argumentaron.
Desde un costado independiente, el dueño de un frigorífico de la provincia e Buenos Aires, que creció en los últimos años exportando carne a China explica que “el Gobierno se equivoca al atacar la exportación, que es lo que le ingresa divisas”, y dice que los controles deberían comenzar antes. “El precio está en el animal en pie, el resto de la cadena es trazable”, agregó.
Al consultarle sobre cómo manejar el precio interno de la carne, el empresario aseguró que la cadena no es sustentable por el peso del dólar en los insumos, la carga tributaria y cuestionó que “el Gobierno le dio el control de precios a un sector que concentra el 91% del mercado”.
Se establece, asimismo, que la forma de fraccionar las medias reses debe contemplar los cortes tradicionales, respetando la integridad anatómica de las piezas cárnicas, con la finalidad de mantener su valor monetario al momento de su comercialización en la carnicería, evitando afectar zonas donde se encuentran cortes apreciados por los consumidores.
Consonancia
La Resolución, que dispone la obligación del troceo, a partir del 1 de enero de 2022, se alinea con la Superintendencia De Riesgos del Trabajo, que, para mejorar las condiciones de salud de los trabajadores, estableció que toda manipulación, transporte, distribución, carga y/o descarga de productos cárnicos, cuyo peso sea superior a los 32 kg, se deberá realizar con la asistencia de medios mecánicos adecuados.
Por su parte, los funcionarios de Desarrollo Productivo se comprometieron a generar programas de asistencia financiera para frigoríficos y faenadores, para que puedan invertir en la mecanización del sistema, agregar espacios de oreo, aumentar las instalaciones, incorporar algunas maquinarias y equipamientos de frío. |