Una serie de nuevos eventos que se produjeron en los últimos días obligaron al equipo económico y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a demorar la difusión de las nuevas metas del programa que refinancia US$ 44.000 millones.
Durante el fin se semana pasado, la directora del organismo, Kristalina Georgieva, le comunicó al ministro de Economía, Sergio Massa, que la cuarta revisión estaba aprobada.
A partir de esa declaración se esperaba la votación del Directorio para el lunes o martes, pero con los números preliminares del primer bimestre del año el staff del FMI y los funcionarios del Palacio de Hacienda tuvieron que sentarse a recalibrar algunas metas del acuerdo.
Las dos pautas inamovibles son la el 1,9% del PBI de déficit primario inamovible y el 0,6% de emisión monetaria. El cambio se producirá en los mínimos para la acumulación de reservas.
La sequía, la inflación, el menor crecimiento económico y su impacto en la recaudación, son datos factores decisivos para calcular las nuevas pautas, a lo que se sumó la gripe aviar que le resta capacidad de exportación.
Según fuentes vinculadas con la negociación, se están cruzando simulaciones con diferentes supuestos de caídas o estabilización de las exportaciones, de impacto directo en el ingreso de dólares.
Los últimos informes sobre las consecuencias de la sequía mostraron un nuevo recorte en las previsiones de la cosecha y dada las proyecciones climáticas la situación puede ser peor.
A su vez, la inflación se mantiene en un nivel por encima del previsto y agudiza la desaceleración de la actividad económica, con el ineludible impacto en la recaudación impositiva.
A este escenario se sumó la gripe aviar que obligó al cierre de las exportaciones de un sector que en 2022 generó ingresos por cerca de US$ 400 millones.
Pero además del nivel de reducción de la meta de reservas, resulta importante conocer la dinámica que tendrá esa disminución durante el año. Cabe recordar que de acuerdo al plan vigente en 2023 el flujo de divisas con el FMI tendría un saldo negativo de unos US$ 5.000, lo que agrega presión al balance del central.
La aprobación de la cuarta revisión y de las nuevas metas resulta central para las cuentas públicas de febrero ya que habilitan el giro de US$ 5.000 millones, de los cuales US$ 2.700 millones deberán ser girados nuevamente al organismo.
El documento es esperado con ansiedad por el mercado ante los trascendidos que indican que el FMI pretende que Argentina suspenda el plan de recompra de deuda en marcha.
Con esta versión corriendo entre operadores los bonos soberanos acumularon bajas durante toda la semana y el Riesgo País volvió a superar los 2000 puntos.