El "Dosier estadístico en conmemoración del 111° Día Internacional de la Mujer" reveló que al alcanzar la edad de retiro, cinco de cada diez varones tienen menos de 18 años de aportes, mientras que esa proporción se eleva a más de siete de cada diez entre las mujeres. "La situación en el mercado laboral se refleja en la etapa de retiro: las mujeres en edad de jubilarse cuentan con menos años de aportes que sus pares varones y recurren a una moratoria en mayor proporción, como consecuencia, esto se refleja en menores haberes jubilatorios", indicó el documento.
Para el organismo, el 56,2% de los varones y el 72,2% de las mujeres llegan a la edad del retiro jubilatorio con menos de 18 años de aportes porque se suman períodos de inactividad, desempleo y/o informalidad. Además, mientras ocho de cada diez mujeres que perciben jubilaciones acceden a través de moratorias, entre los varones esa proporción es de algo más de cuatro de cada diez. Así, el INDEC puntualizó que por cada $100 que un varón percibe por una jubilación, una mujer recibe $90.
Entre las mujeres aportantes de 59 años, casi la mitad tiene aportes derivados de casas particulares y monotributo, mientras que entre los varones de 64 años predominan los del sector privado en relación de dependencia, de acuerdo con el dossier. En las edades centrales (30-64 años), 63 de cada 100 mujeres se encuentran empleadas; entre los varones, la relación es 86 de cada 100.
Legislación
La moratoria aprobada por Ley 26.970 permite regularizar la falta de aportes de las mujeres desde los 18 años hasta la fecha límite de regularización del 31 de diciembre de 2003.
En 2019, la ANSeS prorrogó la vigencia de la moratoria hasta julio de 2022 pero no alteró la fecha de corte de 2003. En consecuencia, en unos cuatro meses vence esta moratoria y las mujeres con 60, desocupadas y sin los años de aportes requeridos, deberían esperar hasta los 65 años para acceder a la Pensión Universal al Adulto Mayor (PUAM), que otorga un 80% del haber previsional mínimo.
En el dossier, el INDEC evaluó que a pesar de contar con niveles más altos de educación formal, las mujeres "participan en menor medida en el mercado laboral y, cuando lo hacen, son más propensas a situaciones de subocupación horaria y desocupación".
- Mayor presencia en sectores vinculados a los cuidados y actividades domésticas
- Menores posibilidades de acceso a puestos de decisión
- Perciben ingresos más bajos.|