El tipo de cambio argentino y el incremento del precio de los combustibles en Paraguay aceleran el contrabando hacia el país vecino, donde proliferan los puestos ilegales de venta en las regiones fronterizas.
La problemática se hace sentir, sobre todo, en la zona de Falcón, Nanawa y Remansito, limítrofes con la provincia de Formosa.
Allí, los contrabandistas se apostan en mesas instaladas a la vera de la ruta y, en pocos minutos, agotan el stock e, incluso, levantan pedidos para el día siguiente, informan medios locales.
Del otro lado del río, los precios de las naftas se ubican en torno a los 9.500 guaraníes, unos 140 pesos al cambio oficial, según un relevamiento realizado por el medio La Voz de Misiones en la ciudad de Encarnación.
En cambio, en la Argentina, el diésel vale 5.000 guaraníes, mientras que la nafta cuesta entre 5.500 y 6.000, es decir, alrededor de un 50% de diferencia. Los valores se disparan si se toma en cuenta la cotización paralela, que actualmente se ubica en la relación 1 peso=36 guaraníes.
Frente a ese panorama, los vendedores reciben diariamente a una incontable cantidad de motocicletas y vehículos, incluso de alta gama y hasta camiones con tanques de 800 litros, que llegan hasta sus puestos y reciben la carga de combustible en bidones de cinco y 20 litros, de acuerdo a una investigación realizada por el diario paraguayo La Nación.
Uno de los vendedores, que resguardó su identidad, expresó que, luego de aplicar 500 guaraníes como ganancia y 4.500 por viaje de flete, en la margen vecina del río Paraguay el precio del combustible sigue siendo muy inferior al local.
La nafta es traficada desde puertos clandestinos ubicados en la frontera de Falcón, Paraguay, con la ciudad formoseña de Clorinda, y luego son transportados unos 30 kilómetros por ruta hasta Remansito y Nanawa, lindantes con la capital Asunción.
Por otro lado, Paraguay se encamina a ser el país de la región con el combustible más caro, aunque la diferencia con Brasil es mínima, mientras que la apertura de las fronteras argentinas con ambos estados puso en alerta al sector, que ya advierte por posibles desabastecimientos si se da una llegada masiva de consumidores.
Controles infructuosos
Durante el mes de agosto, Paraguay puso en marcha el Operativo Barrera, que preveía controles en zonas fronterizas con helicópteros, drones y otros equipos para el monitoreo por agua y tierra.
Sin embargo, en las zonas mencionadas no se observó el control anunciado por Emilio Fúster, coordinador de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando (UIC), quien deslindó responsabilidades en las municipalidades y aseguró que es su competencia prohibir la venta de combustible en la vía pública.
“Vemos camionetas lujosas que compran combustible ilegal. Estamos trabajando para dar con financistas del contrabando para cortar el oxígeno y no ver más al último eslabón que vende los productos en la calle", prometió el funcionario, una acción que hasta ahora fue infructuosa.
“El Ministerio de Industria y Comercio es el encargado del tema del combustible, si viene una carta o algo a la Aduana que nos diga que tenemos que controlar el tema, vamos a partir de eso; mientras tanto, lo único que controlamos en este puesto es que no pasen en bidones, porque eso es peligroso, lo que están más hacia allá (los puestos de ventas) no es cruzando, la gente viene de Asunción, carga y regresa”, señaló Jorge Fernández, agente especial de la Coordinación Operativa de Investigación Aduanera (COIA), en conferencia de prensa. |