Con 135 votos afirmativos, 110 negativos y 2 abstenciones, ayer, la cámara baja logró aprobar el nuevo marco regulatorio para los biocombustibles que tendrá vigencia hasta 2030, en una sesión maratónica que inició con una serie de homenajes.
Luego de recordar a Juan Domingo Perón a 47 años de su fallecimiento, a los 130 años del nacimiento de la Unión Cívica Radical y a Martín Miguel de Güemes, entre otros, el oficialismo logró media sanción al proyecto que impulsó Máximo Kirchner.
El temario de la sesión contempló el debate del nuevo régimen de biocombustibles, el proyecto de ley que fija un nuevo marco regulatorio para los biocombustibles, que propone un corte del 5% para el gasoil y el biodiésel y del 12% entre naftas y bioetanol.
En tanto, en el caso del combustible elaborado a base de caña de azúcar, los volúmenes deberán ser del 6% de la mezcla mínima obligatoria, mismo porcentaje para el bioetanol a base de maíz.
El régimen, creado en un primer momento por el el expresidente Néstor Kirchner para promover la producción y utilización de energía alternativas, luego de modificaciones y prórrogas venció este año. Pese a que el marco anterior alcanzó un aplazamiento en el Congreso, desde el oficialismo buscan actualizar la norma de acuerdo a los “nuevos escenarios emergentes”.
El tema que pone en jugo interés de distintas provincias con capacidad de producir biocombustible, principalmente las tradicionales petroleras versus las agroindustriales y, dentro de estas últimas, las que utilizan derivados de granos y las azucareras, generó acalorados debates en los últimos meses.
“Hoy adaptamos el marco a nuevos escenarios emergentes y generamos con esta norma las herramientas que den previsibilidad, sustentabilidad y seguridad jurídica al sector”, dijo el diputado y miembro informante, Omar Félix (FdT).
Desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Mónica Schlotthauer, justificó su rechazo al proyecto al señalar que "beneficia a un grupo de agrodepredadores".
En tanto, la diputada Jimena Latorre (UCR) de Juntos por el Cambio sostuvo que “deberíamos haber trabajado en propuestas superadoras” y pidió, a través de un proyecto de su autoría, “proyectar seriamente un plan energético hacia los próximos quince años, con un régimen donde se definan reglas claras, transparentes y estables que respeten los compromisos internacionales, que premien el incentivo”.
Durante su intervención en la sesión, la diputada Blanca Osuna (FdT) destacó que Argentina juega desde el Estado un papel como país en desarrollo con posibilidades de expandir fuentes de energía alternativas y valoró que “fue en el 2006 por decisión del entonces Presidente Néstor Kirchner que el Estado Nacional se comprometió con el desarrollo de una nueva industria generadora de trabajo genuino y de protección del medioambiente”.
Al mismo tiempo Osuna marcó que “por ello no puede quedar afuera del debate la importancia que tiene que el Estado intervenga con lo que se plantea en el mundo entero como la fuente de renovación de la matriz energética en virtud de los acuerdos internacionales por la descarbonización del planeta”.
Por otro lado, el titular del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, José Luis Ramón aseguró que “es una ley que nace vieja” y afirmó que “no es la ley que nos merecemos”.
“Podríamos haber hecho más”, advirtió que a pesar de la inmediatez que pretendía su tratamiento debido a la caducidad de la norma que la antecedió, “la discusión en el Congreso se dio a partir de distintos lobbies”.
“Estamos prorrogando un régimen que se queda en el biocombustible de primera generación, que utiliza alimentos para generar energía. Esta discusión no surgió siquiera, y fue uno de los puntos centrales cuando se aprobó la ley anterior ¿Podemos en argentina sostener este sistema 10 años más? ¿Podemos sostenerlo con los niveles de pobreza que tenemos?”, cuestionó el mendocino.
En ese sentido, Ramón, avanzó sobre la necesidad de discutir estímulos a la sustentabilidad en los transportes y en el cambio que se da a nivel nacional (y global) en la matriz energética en lugar de continuar legislando en función de “negocios cortoplacistas”.
“Creo que es una ley que nace vieja, y que es más hija del lobby de los que ya están, que de los intereses de la argentina de fines del siglo 21”, distinguió hacia el cierre de su presentación el legislador: “solo pido que abramos las discusiones que necesitamos, que avancemos a otra matriz energética, porque el futuro, no va por este lado”.|