En los próximos 15 a 20 días, sobre el fin de un año que deja saldos agridulces en materia política y económica para el oficialismo, el gabinete de Alberto Fernández deberá resolver varios asuntos pendientes para llegar a fin de año con un clima de “paz social”. Luego de atravesar el estrés de las elecciones legislativas, el Gobierno asumió que no sólo era urgente resolver la macro –dólar y deuda, principalmente– sino también atender la micro –precios, ingresos e inflación, básicamente–.
Para ir de mayor a menor, el ministro Martín Guzmán, planifica definir el acta de compromiso y la carta de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional en una reunión con funcionarios de su gabinete y del Banco Central (BCRA), que llegarán a Washington este sábado. El encuentro estará encabezado por Julie Kozak y Luis Cubeddu, los dos negociadores del FMI para la Argentina, que también pretenden acelerar un entendimiento antes de fin de año.
Según explican los especialistas el conclave se anticipó por dos razones. Por un lado, a partir del anunció que hizo la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), al revelar que en la próxima reunión que se realizará entre el 14 y el 15 de diciembre con los miembros del banco central estadounidense, discutirán la aceleración del tapering, proceso por el cual se hace política monetaria mediante la compra de activos.
En busca de frenar su propia inflación EE.UU. aumentará las tasas de interés, un proceso que se esperaba para el tercer trimestre de 2022. Esto significa que el acuerdo que realice Argentina con el Fondo deberá hacerse con esa nueva referencia, en un contexto donde la posición del dólar se robustece.
Además, según indican a N&P el anuncio de Cecilia Todesca sobre el pago de un vencimiento de US$1.800 millones, el próximo 18 de diciembre, mientras se avanza en un nuevo acuerdo con el organismo multilateral para refinanciar la deuda por 44.000 millones de dólares, generó ruido en las oficinas de Washington. “¿Quién paga cuando está en plena negociación?”, expresó la fuente.
En el plano local, con la negociación encaminada, el Gobierno podrá avanzar con puntos esenciales como la inflación que, según estimaciones privadas, en diciembre, el índice general volverá a rondar el 3.5% pero con una fuerte incidencia del rubro alimentos que rondaría un 4%.
Tironeos
En esencia, todo tiene que ver con todo, por eso, medidas como el control sobre la exportación de la carne, que se planteó como temporal y buscó limitar el incremento de precios a nivel interno, es uno de los principales frentes que deberá definirse en el corto plazo.
“El tema de la carne es un tironeo político”, planteó Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI y explica que al Gobierno le ha ido “muy mal” en los puntos del país vinculados al campo, por todo lo que derrama esta actividad. Asimismo, describió que “las tensiones se van a resolver en las últimas horas, antes de la llegada del FMI”.
El ruido que generó el planteo que arrojó el titular de la secretaría de Comercio Interior, Roberto Feletti, sobre el aumento de retenciones a los productos agropecuarios para controlar el precio interno de mercaderías con valor exportable como la carne, con el correr de los días fue desestimado por el propio ministro de producción Matías Kulfas y su par de Agroindustria, Julián Domínguez. Extraoficialmente también se sumaron el Jefe de Gabinete, Juan Manzur y el propio Guzmán. “Los más extremistas quieren bajar la actual cuota de exportaciones de carne, que hoy está en un 25% de lo que se produce a 20% -cuando la media histórica era del 15%- y posiblemente terminen al 22%”, opinó Ponce y señaló que es lo que había acordado Domínguez con las organizaciones del sector.
Luego, como alternativa llegó la propuesta de “desacople” de precios por parte del Gobierno Nacional, lo que permitiría disociar el valor de los productos que se exportan en las góndolas del mundo, al costo en el mercado interno.
Una cuestión de ingresos
Aunque existen casos exitosos como el consorcio exportador de aceites, que ha permitido alcanzar precios razonables a nivel local sin alterar el volumen o el valor hacia el exterior, especialistas aseguran que existen productos que, pese a que sólo tienen como destino la economía local, han aumentado considerablemente por el peso impositivo y el incremento de insumos dolarizados; es el caso de la cebolla (67) o la indumentaria (60%).
En ese sentido, Ponce fue categórico al señalar que “en Estados Unidos la carne está tres veces más, en dólares, que en Argentina y en la Unión Europea 4 veces más”. “Si uno mira en valor dólar, la carne está barata, el problema está en el valor del peso frente al dólar y en nuestros ingresos”.
En ese sentido, el especialista en comercio internacional repasó que, al iniciar la gestión de Fernández, el salario promedio, era de 1.200 dólares, mientras que actualmente descendió a 400. “Lo que está desenganchado son los salarios”, apuntó y frente a la posibilidad de avanzar con un plan de pagos con el organismo internacional Ponce aseguró que resultará “determinante”.
Sin embargo, destacó que requerirá “direccionalidad” y “previsibilidad” para el largo plazo ya que abarca un plazo de 10 años, que involucra la presidencia de Alberto Fernández y las dos siguientes. “En tiempos de incertidumbre –explicó- si le das certeza al largo y al mediano, lo que ocurre en el corto plazo se relativiza”.
Por último, Ponce destacó que “estamos sin stock de divisas (reservas) y sin flujo de capitales”. “Por eso –agregó-, necesitamos volver a la fuente de financiamiento, quitarnos la presión de tener que efectuar pagos groseros y arreglar lo antes posible, fundamentalmente, antes del 31 de marzo que cae el acuerdo con el Club de Paris”. |