A nadie tomó por sorpresa el pedido de Alberto Fernández para incluir en la ampliación del temario de sesiones extraordinarias para febrero el pliego de Miguel Pesce como presidente del Banco Central. La razón es simple: con un "veranito cambiario" que hace que todos los dólares converjan alrededor de los 150 pesos, el presidente cree que es el momento de calma indicado para asegurarse a un hombre de su extrema confianza en el Central.
Las modificaciones en el directorio del Central, que hizo que Martín Guzmán sentará en la dirección del banco de bancos a uno de sus alfiles para "auditar" a Pesce —Diego Bastourre, ex secretario de Finanzas y mano derecha del ministro, que se incorporó al Directorio tras la salida de Carlos Hourbeight— parece haber sido suficiente para calmar al kirchnerismo, quien siempre vio a Pesce como un "tibio".
Acaso por eso es que los senadores del FDT cajoneraron en la Comisión de Acuerdos, que preside la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, su nombramiento. Los senadores y el kirchnerismo más duro culpan a Pesce de la crisis que desató al principio de la cuarentena el amontonamiento en los bancos, por las líneas de crédito que nunca llegaron a los bancos y por el dólar blue a casi 200 pesos en octubre. Todos "vueltos" que hacen que el presidente del Central siga "en comisión" y a tiro de decreto de ser despedido.
No hay que cambiar el caballo en el medio del río
El gabinete económico que eligió Fernández esta muy desgastado. Dentro del PJ, culpan a Matías Kulfas y Paula Español del aumento de los precios, a Pesce de la brecha cambiaria y a Mercedes Marco del Pont de la sobre y subfacturación de exportaciones e importaciones.
Es por eso que para fortalecer a quienes fueron elegidos por el mismo en lugares clave —como es el caso de Pesce—, el mandatario le pidió a Marco del Pont que utilice los recursos de la AFIP para poner bajo la lupa la operatoria del dólar contado con liquidación, a través de más inspecciones, controles y nuevas regulaciones que llevara adelante la CNV.
En el Gobierno saben que febrero será un mal mes para el BCRA. Y por eso la CNV, en conjunto con la AFIP, intensificará este mes controles para verificar el cumplimiento de la normativa cambiaria. El organismo que dirige Marcó del Pont encontró operaciones con bonos y acciones poco justificadas por un monto aproximado de u$s402 millones en los últimos dos meses. Este mes se esperan mas inspecciones en la city porteña.
Pero el mensaje es más político que financiero: Alberto cree que no es momento de cambiar su equipo económico, aunque muchos de los asesores que mas escucha —entre ellos el antropólogo Alejandro Grimson— porque daría aún más señales de debilidad. Solo Guzmán, más cercano a la vicepresidenta CFK y Máximo Kirchner, es quien quedaría a salvo de los cambios, lo que agrandaría su rol de "superministro". Algo que el presidente no quiere.
Fernández aparece así seguir a rajatabla la frase de Perón de que "no hay que cambiar de caballo en el medio del rio". El primer mandatario confía en aguantar hasta fines de abril, cuando Guzmán ya tendrá listo el acuerdo con el FMI para hacer cambios en el gabinete económico. Pero si el río del alza del dólar sigue creciendo, es probable que tenga que tomar otra estrategia, o quedar tapado otra vez, como en octubre de 2020, por una brecha cambiaria cercana al 100 por ciento. |