Los Cascos Azules de Naciones Unidas que se encuentran en misiones de paz alrededor del mundo se sacan fotos con los alimentos liofilizados que produce Matías Sebely en sus propios campos. Son productos naturales, con alto valor energético, sabrosos, y como si fuese poco, baratos.
Desde hace un tiempo viene trabajando en un proyecto social para terminar con el hambre en el mundo. Sí, parece extraño, o al menos suena al discurso de paso de algún mandatario en la Asamblea anual de la ONU, pero Sebely cree que es posible.
“2020 fue un año bisagra para el mundo, hemos modificado nuestros hábitos de vida, de consumo y hasta la manera de relacionarnos. Observamos cómo cayeron las economías de todo el mundo, esa situación afecta a las poblaciones más vulnerables”, dice Sabely.
El proyecto Comida por un dólar “no nació el año pasado”, comenta el empresario que se enoja cuando lo llaman así. “Soy un emprendedor social, no tengo nada en contra de los empresarios, todo lo contrario. Yo trabajo para buscar soluciones sociales, creo que entre todos podemos mejorar el mundo. También soy abogado, y no me cae bien que me digan doctor. No me gustan esas distancias porque no las siento”, aclara antes de retomar la charla.
“Lo que quería decir es que el 2020 puso a toda la humanidad en una situación límite, especialmente al principio de la pandemia de Covid-19 por la incertidumbre que había. Con esa situación de fondo, hemos decidido redoblar todos nuestros esfuerzos para contribuir a erradicar el hambre en el mundo”.
Durante el 2020, la Fundación Konrad Adenauer, con su sede central en Alemania, llevó a cabo el concurso #HiddenInnovators con el objetivo de promover iniciativas innovadoras que funcionan en todo el mundo, y que tengan el propósito de transformar la realidad política, social y ambiental.
En este marco, el emprendimiento argentino Comida por un Dólar, que nace en la localidad misionera de Leandro N. Alem, fue elegido para representar a la Argentina y quedó dentro de los finalistas.
Para Sebely “fue impactante ver y escuchar la presentación de nuestro proyecto en idioma alemán, pero también refuerza el concepto de Comida por un Dólar, que es trascender las fronteras, porque este formato de trabajo puede ser aplicado en cualquier ciudad del mundo. Usando ingredientes y excedentes de cada lugar, generando más fuentes de trabajo para productores y trabajadores locales, produciendo así platos típicos de la región para las poblaciones más vulnerables”.
Según el creador de Comida por un dólar, “lo que vivimos actualmente nos deja una principal enseñanza que es la necesidad imperiosa de articular fuertemente a los Gobiernos en todas sus esferas, las empresas y emprendimientos del mundo, las organizaciones y fundaciones sociales”.
En los canales oficiales de la Fundación Konrad Adenauer se puede ver la presentación del proyecto misionero, y conocer también todos los finalistas: https://fb.watch/2-8W3Nfuye/