Bien argento: el robot que cocina y sirve choripanes – Negocios & Política
 

Invento |Bien argento: el robot que cocina y sirve choripanes

El choripán es uno de los platos típicos de Argentina. En la cancha, en la calle o en una fiesta, la pareja del pan y el chorizo es imbatible en el ámbito culinario. A partir de ahora, no será necesario tener a un parrillero para que lo ase y lo sirva. Víctor Ascone patentó una máquina llamada MacToom, la primera expendedora de sandwiches de chorizos.
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Ascone, que actualmente es vendedor de máquinas agrícolas, comenzó a buscar un nuevo proyecto para su vida. Algo que le sirva a él pero que también sea funcional a la mayoría de las personas. Y, después de largas jornadas de búsqueda, se le ocurrió la MacToom: la primera máquina expendedoras de choripanes del mundo, un robot capaz de cocinar y servir uno de los platos más ricos del país. Pero, además, el aparato contaría con WIFI, reconocimiento facial, pantalla para publicidades, cargador de teléfonos, botón antipánico y hasta un botiquín de primeros auxilios.

“Cuando cumplí 50 años comencé a pensar en un proyecto que me guste y que colme mis expectativas. Después de haber tenido varios negocios y de pasar por algunas crisis del país, con esa experiencia, pensé en hacer algo diferente”, cuenta.

“Así pensé en uno de los productos más consumidos por los argentinos, como es el choripán; un producto escalable porque no tiene límites porque se pueden poner la cantidad de máquinas que queramos en el país y exportar al resto del mundo. Y, con esta idea de que sea un beneficio para ambos, se me ocurrió que es una forma de dar un trabajo y una oportunidad a otras personas porque a través de la máquina pueden tener un empleo. Esa es mi filosofía de vida: trabajo y educación. Y esta es una forma de darle forma a esa forma de vida”, añadió.

En una fase avanzada de desarrollo, la maquina ya cuenta incluso con la aplicación para los celulares con la que se podrá comprar para que el cliente sepa cómo son los productos a consumir y también quién es la familia que maneja la máquina: “no lo hice yo porque no soy experto en nada. Entonces conté con la ayuda de especialistas. En cuanto a la tecnología, busqué gente que supiera del tema. Por ejemplo, el encargado del desarrollo del software me fue guiando en base a lo que le pedía. Falta fabricarla aunque el desarrollo está hecho. También, tengo a la empresa que la haría, que se llama Fabrimática. También he tenido entrevistas con representantes de pan Fargo y Bimbo y también con una empresa de chorizos. Pero falta el dinero para avanzar y que haya inversores que quieran sumarse al proyecto”.

El funcionamiento:

“No solo entregará el choripán, un producto de máxima calidad listo para el consumo, con un packaging para que se pueda comer sin hacer migas, sino que también tendrá wifi, salidas USB, botiquín de primeros auxilios, reconocimiento facial y de voz para los clientes, una app para celulares; pantalla con información turística de subtes, colectivos y demás en varios idiomas. También emitirá publicidad focalizada por zona. Y tendrá desplazamiento propio. Entonces si un cliente con la app lo llama en una fiesta o un shopping, la máquina irá a su lado para darle el choripán. No recibirá dinero en efectivo. Usará todos los medios electrónicos, Sube y demás disponibles”, explico.

“Ya aparecieron algunos empresarios del exterior aunque mi idea siempre fue lanzarlo primero en Argentina. Ahora tendré dos reuniones con las embajadas de Sudáfrica y de Camerún. Aunque parezca increíble, la máquina podría llevar a esos países. También me contactaron desde las Islas Canarias que les interesó el proyecto y me dieron las posibilidades de abrir una oficina que me dé acceso a Europa. Pero mi idea siempre es lanzar la expendedora primero en Argentina. Sobre los costos en sí, para una etapa inicial con el desarrollo completo de software más la fabricación en sí con la máquina lista para que trabaje ronda alrededor de los 250 mil dólares. La primera máquina costaría eso ya que hay que armar las matrices, los planos de la máquina y el software total. Eso tardaría entre 12 y 18 meses con los tiempos necesarios para todos. Y estimamos que la recuperación de ese capital sería rápido porque se podría exportar al mundo y también poner máquinas en todo el país”, cerró.|

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