- Alberto Vitalio: ¿Usted me dice, Informante, que le bajan las retenciones al campo durante todo el 2021 para que vendan? ¿Le ganaron la pulseada al Gobierno?
- Informante: Acá la cosa es así: el campo no puede vender una tonelada de soja a 54 dólares y el Contado con liqui estar a 152 pesos. Estas cosas ajustan por precio o tasa y las dos son muy malas para los productores. No hay ningún incentivo para liquidar. Pero el gobierno tiene una a favor. El precio de la soja está en su mejor nivel en cinco años. Se negocia en Chicago a cerca de 400 dólares la tonelada para diciembre y a u$s250 el trigo, por lo que -si es por precio- se debería vender. En el campo creen que las medidas son buenas pero tímidas, y que está bien reducir las retenciones para fomentar liquidación de exportaciones, aumentar las tasas de interés y acelerar el camino de depreciación del peso, no hace que se acelere la liquidación de divisas y que se vendan los 16,9 millones de toneladas de soja de la campaña 2019/20 que tienen en su poder los productores. Son $s 6.000 millones de dólares. Pero hasta el 14 de este mes no se va a saber nada con certeza. Ahí se van a ver la cara la Mesa de Enlace y el Consejo Agroindustrial Argentino. Pero antes de eso la Mesa de Enlace da una conferencia mañana. Veremos qué espíritu hay para vender la oleaginosa. Los que lo conocen a Guzmán dicen que afirma que se le puede bajar las retenciones al trigo y al maíz, pero que a la soja no mucho más del 27%. Igual son cinco puntos porcentuales a lo que van a pagar desde enero. Pero como vera el tema sigue siendo la brecha del dólar.
- A.V.: No se puede hacer muchos negocios entonces en al agro ¿pero el sector de la obra pública arranca?
- I: Un temazo ese. Mire, el multiplicador de la construcción es 5 en la economía argentina. Por cada peso de inversión en cemento se crean cinco más en trabajo y demanda agregada. Lo que pasa es que ahí el problema otra vez es político. Usted entenderá: en un país que quiere arrancar la economía volcando cemento, el tema es donde lo pone. Con eso le quiero decir que el precio del suelo es la clave. Por es que afirman que Alberto y Larreta quieren crear un "banco de tierras" en AMBA para que se construyan viviendas sociales. Pero un banco de tierras se crea con terrenos fiscales, los que tiene en posesión la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), y expropiando los que son de privados. Pero para eso se necesita plata, el Estado tiene que pagar esos terrenos. Y para eso lo que propone Larreta es vender los terrenos claros de la Ciudad y usarlos para comprar terrenos más baratos para el Banco de Tierra (y otros gastos, sobre todo ahora que la Nación le quito parte de sus ingresos a través de la coparticipación). No está fácil esta discusión. En el peronismo creen que el macrismo hizo una clara maniobra de "apropiación por despojo" en la Ciudad con los terrenos, lo que no es más que privatizar lo que es público. Despojar un santo para vestir a otro, pero al que deja desnudo siempre es al Estado. Entre 2009 y 2019 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires vendió aproximadamente 150 hectáreas a través de 26 leyes que se sancionaron en la Legislatura para autorizar la enajenación de inmuebles, una superficie mayor a la de todo el Barrio de San Telmo. Y algo peor: en el gobierno no se olvidan que uno las ganancias más grandes de los Calcaterra, Caputo, Mindlin durante la administración de Macri fueron los ladrillos, muchos de ellos puestos sobre los terrenos que la Agencia de Bienes del Estado autorizó a subastar en más de 78 hectáreas de tierras nacionales que se encontraban en la Ciudad de Buenos Aires. Hay mucha bronca ahí. En el Gobierno Nacional ha lanzado recientemente el Plan Nacional de Suelo, pero mañana Horacio Rodríguez Larreta logrará que le voten en la Legislatura de la Ciudad gran parte de los terrenos de Costa Salguero. Son 17 hectáreas de tierras en la Costanera Norte, donde el metro cuadrado puede superar los 9000 dólares, se habilitará la construcción de un barrio premium con diez bloques de edificios que irán de los 18 a los 29 metros de altura sobre la avenida Costanera Rafael Obligado. Va a tener hasta helipuerto. Todo un símbolo.
- A.V: ¿Y el FMI nos va a dar plata?
- I: Primero va a hablar con la CGT. A las 17 horas se sientan a la mesa juntos a los sindicalistas en la sede de la UOCRA. Pero, aunque la delegación de la entidad, que está encabezada por Julie Kozack, directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental del FMI y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina, digan que no vienen a ajustar, nadie les cree mucho. Por un lado, le hablan a los economistas del gobierno de la importancia del Estado y la inversión pública - "si invierten el 1 por ciento del PBI podría impulsar un crecimiento en un 2,7 por ciento, la inversión privada en un 10 por ciento y el empleo en un 1,2 por ciento en dos años. Tienen que invertir en obra pública porque por cada millón de dólares gastado en infraestructuras tradicionales se crean entre 2 y 8 puestos de trabajo y entre 5 y 14 empleos por cada millón gastado en investigación y desarrollo, electricidad verde y edificios eficientes"- afirman en el Fondo. Pero al mismo tiempo piden un recorte en el gasto en jubilaciones (reforma previsional), reformas laborales, baja de impuestos a las empresas e incrementar el IVA para productos esenciales. Ayer se reunieron con Pesce, el presidente del Banco Central, donde estuvieron Kozack, Cubeddu, y Trevor Alleyne, representante en el país. También participaron vía zoom funcionarios del organismo con sede en Washington. No se habló de dinero fresco. Habrá que esperar a marzo del año que viene, dicen en los pasillos del palacio de Hacienda. "Hay que pasar el verano" ironizan los economistas del Gobierno, parafraseando al capitán ingeniero Álvaro Alsogaray. Ironía que se permiten para distender las caras serias de gran parte de los que salen de los despachos de la Casa Rosada.