La persistente sequía que afecta a gran parte del área agrícola del país, a lo que en el último tiempo se sumaron heladas tardías, golpeó de manera tal al trigo que muchos productores de la zona núcleo decidieron no cosechar sus pobres frutos, y aprovechar las lluvias de los últimos días para comenzar a sembrar soja sobre los lotes ocupados con el cereal.
El presidente de Confederaciones Rurales de Argentina (CRA), Jorge Chemes, señaló que hay un clima "casi de desesperación" en el sector, motivado por una sequía que "se alargó en el tiempo", cubriendo el período de la cosecha fina del trigo y "comprometiendo" la actual campaña de siembra gruesa.
"Lo estamos hablando con los funcionarios. Estamos no sólo planteando la emergencia, sino que hay zonas donde creo que va a haber que declarar (zona de) desastre, porque hay pérdidas casi totales en algunos sectores", aseveró en diálogo con radio Continental.
"Esto, sin duda, es grave. Tiene una gravedad un poco mayor a lo que hemos vivido en otras sequías", puntualizó Chemes, quien subrayó el impacto "fatal" que tuvieron las últimas heladas en los campos que ya estaban secos.
En este contexto, el representante de CRA pidió que el Congreso tramite la "declaración de desastre" en las provincias afectadas, al tiempo que aclaró que los funcionarios "son conscientes" de esta situación.
"Lo que estamos pidiendo no es un lamento gremial del campo, es una necesidad imperiosa que el campo va a necesitar, porque hay que seguir produciendo", sentenció.
La sequía está afectando la campaña agrícola de Argentina 2022-2023, en particular al trigo, que se comenzó a sembrar en agosto y cuyo ciclo de cosecha cerrará hacia finales de este mes, con un recorte de producción proyectado del 24 % respecto a la campaña pasada debido a las insuficientes precipitaciones.
El país, que es el séptimo exportador mundial de trigo, obtendría en esta campaña 16,5 millones de toneladas de trigo, frente a una cosecha récord de 21,8 millones de toneladas en el ciclo anterior.
La sequía y su efecto en la ganaderia
La ganadería es otra de las actividades agropecuarias que se encuentran afectadas por la persistente sequía que impacta con mayor fuerza en la zona núcleo del país, con una marcada disminución de la oferta forrajera destinada a alimento de los animales que determinan un incremento en los costos para su manutención.
"Hoy la ganadería también está mal, sin pasto y con mal estado de las vacas, lo cual va a afectar la preñez", dijo el presidente de la Sociedad Rural de Venado Tuerto, Claudio Berrueta.
Berrueta marcó que las siembras forrajeras que se realizaron fueron afectadas por la sequía, impidiendo el pastoreo de los animales, a lo que se sumó la falta de pastos naturales por la escasez de lluvias.
Frente a esto, los productores tuvieron que "desprenderse un poco de invernada porque sabíamos que no iba a haber pasto y era necesario darles campo a las vacas. Además, los feedlots también se achicaron, porque está mal la relación de costos".
En este sentido, el productor de Pergamino, Máximo Pizarro, sostuvo que, a pesar de la situación "el ganadero necesitó seguir dándole de comer a las vacas" y que "frente a la baja del valor de la hacienda y el aumento de los costos, realmente es necesario hacer las cuentas para ver si se puede mantener un rodeo".
"Hoy falta principalmente el forraje, porque ya escasea desde el año pasado y va a faltar el que viene. Eso hace que los rollos salgan mucha plata", remarcó Pizarro.
En la misma línea, el productor de Venado Tuerto, Edmundo Nolan, aseveró que "para un productor ganadero todo es más costoso".
"Tienen que salir a comprar forrajes y granos, lo cual es muy caro. Ya hay una escala que está afectada, con los engordes a corral parando la maquina", concluyó Nolan.
Según el último informe de la Mesa de Monitoreo de Sequías, integrada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y organismos oficiales, el stock bovino afectado por la falta de lluvias a nivel nacional alcanzaba las 18.571.487 cabezas.