Con el asesoramiento de la Chacra Experimental Integrada Barrow, productores del partido bonaerense de Tres Arroyos, abastecen de cebada agroecológica a Cervecería y Maltería Quilmes, que se encuentra en un proceso de rediseño de su campo experimental.
Desde hace nueve años, la Chacra Experimental, que depende del Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, lleva adelante estudios vinculados a la producción agroecológica en sistemas de gran escala, caracterizados por la baja a nula aplicación de insumos químicos, el aumento de la biodiversidad y el fortalecimiento de los ciclos biológicos, entre otros aspectos.
Quilmes se acercó al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en busca de conocimiento y experiencia, se propone rediseñar su campo experimental ubicado en Tres Arroyos e impulsar la agricultura regenerativa a partir de la adquisición de cebada agroecológica producida por nueve productores de Cambio Rural.
El INTA y Quilmes firmaron un primer convenio para realizar una serie de experiencias, con el acompañamiento técnico y profesional del organismo, para producir cebadas agroecológicas que no dependan de insumos externos y que se encuentren en sistemas productivos que busquen la regeneración de los recursos naturales.
“Los primeros cultivos comenzaron el año pasado y recién este año se iniciaron las primeras pruebas con cebada”, dijo Martín Zamora, coordinador nacional de Agroecología del INTA.
Por su parte, Antonio Aguinaga, gerente de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes, explicó que decidieron trabajar con el INTA “por su amplia experiencia en esta línea de trabajo” y destacó que “en Barrow hay profesionales excelentes y estamos muy contentos con lo que se hace diariamente”.
En ese marco, se propuso la realización de corredores biológicos, con la siembra de algunas especies que produzcan flores y puedan atraer a polinizadores y controladores biológicos. A su vez, se pensó en la realización de visitas periódicas para el seguimiento, análisis y recomendaciones de manejo para el sector agroecológico del campo experimental.
“La cebada es fundamental para nuestro negocio. Por esto, el compromiso con la agricultura sustentable es central en nuestra plataforma de Sustentabilidad. Para alcanzarlo, implementamos el mejoramiento genético de la cebada para la adaptación al cambio climático y acompañamos a los productores agropecuarios en la transición regenerativa para impulsar buenas prácticas agroecológicas”, agregó Aguinaga.
En tanto, el INTA se propone acompañar a los productores “en transición agroecológica que formen parte del programa de agricultura regenerativa de la Cervecería y Maltería Quilmes y evaluar la evolución de los sistemas productivos en base a diferentes indicadores, como el balance de nutrientes, el análisis de la calidad del suelo, el aumento de la biodiversidad vegetal, entre otros”, explicó Zamora.
A la par de la articulación con la empresa, el INTA avanzó en otro convenio para la producción de cebada agroecológica regenerativa en campos de nueve productores pertenecientes a dos grupos de Cambio Rural. Zamora, que también coordina el Área de Investigación del INTA Barrow, refirió que en 2019-2020 fueron sembradas 150 hectáreas de cebada y que Quilmes proyecta alcanzar 1.500 hectáreas para 2023. |