La evolución del sector agrícola en Europa y Asia Central enfrenta la "mayor incertidumbre" del mundo a causa de la destrucción del potencial exportador de Ucrania por la invasión de Rusia, entre otras causas, según previó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe.
El documento "Perspectivas Agrícolas 2023-2032", elaborado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), avisa que más de un año de guerra ha destruido las infraestructuras, acabado con vidas y desplazado mano de obra en Ucrania.
"La guerra de Rusia contra Ucrania implica que, entre las regiones incluidas en las 'Perspectivas', Europa y Asia Central enfrenten la mayor incertidumbre (...) Restablecer la capacidad productiva en la cadena agroalimentaria requerirá inversiones considerables", sostiene el documento.
La FAO estimó en diciembre de 2022 que los daños al sector primario superaban los 2.200 millones de dólares por la destrucción de maquinaria, almacenes, ganado y cultivos, y la reducción "severa" de los volúmenes de exportación de grano ucraniano.
En primer lugar, este contexto repercutirá en la producción, cuyo "crecimiento se desacelera" por el conflicto. En comparación con el periodo 2020-2022, la producción agrícola y pesquera de la región crecerá un 7 % para 2032, menos de la mitad que en el pasado.
Los principales productores agrícolas de esta región son la Unión Europea, Reino Unido, Rusia, Ucrania, Turquía y Kazajistán, que juntos representan el 12 % del valor mundial del sector, pero esta cuota disminuirá al 11 % al final del periodo estudiado, el 2032.
En el caso de Ucrania, en la última década supuso casi el 40 % del crecimiento de las exportaciones netas de Europa del Este pero este porcentaje está condenado a disminuir en el corto plazo.
La FAO y la OCDE de hecho reconocen que el acuerdo firmado por las partes en julio de 2022 para permitir la salida de grano de los puertos del Mar Negro "fue fundamental" para la continuidad de este comercio pero la extensión del pacto "sigue siendo incierto".
El final del conflicto permitiría reanudar la producción pero en el plazo medio su restablecimiento total "requeriría de inversiones sustanciales y tiempo". Tal es así que "con los supuestos de referencia", actualmente, "se espera que las exportaciones de Ucrania recuperen en 2031 los niveles de 2021", previos a la invasión rusa.
El informe reconoce que, "a pesar del cambio de orientación exportadora", la región también sigue siendo un importante importador de muchos productos agrícolas, aumentando las compras un 13 % para 2032.
En definitiva, el sector agrícola de la región de Europa y Asia Central "superó una multitud de desafíos" en los últimos años, desde la pandemia, con cambios en la demanda y trabas logísticas, a la escasez de mano de obra.
Pero desde el pasado año a este escenario "se ha incorporado una nueva capa de complejidad" por la guerra, que ha reducido la capacidad productiva y puesto en jaque a dos gigantes agrícolas como Rusia y Ucrania, grandes exportadores además de fertilizantes.
El ritmo de exportación en Europa y Asia Central fue "sorprendente en el pasado", representando el 38 % del total mundial gracias a la mejora de la productividad en cultivos y ganadería y al "crecimiento limitado de la población" y un consumo "relativamente maduro".
A esto efectivamente contribuyeron también Rusia y Ucrania pero, en este contexto, "se espera que esta tendencia se modere" en el corto plazo.
"Sigue habiendo muchas incertidumbres sobre las posibles soluciones del conflicto y el tiempo necesario para la reconstrucción (...) Las sanciones impuestas a Rusia también influyen en el comercio", avisan las agencias, sobre todo en lo que respecta a "desafíos logísticos y limitaciones financieras".
Pero en esta década también jugarán un papel determinante los futuros acuerdos agrícolas entre el Reino Unido y la Unión Europea.