Este viernes 3 de marzo comienza oficialmente el año escolar y las autoridades ya se están preparando para una serie de manifestaciones protagonizadas por estudiantes secundarios.
Los jóvenes llamaron a un “mochilazo estudiantil” para el 9 de marzo con un petitorio que, según sus dirigentes, cumple una década sin poder ser resuelto.
“¿Qué es lo que tenemos que hacer los estudiantes para que realmente nos escuchen?”, dijo Gael Palape, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES). “Hemos enviado cartas, hemos estado abiertos al diálogo todo este tiempo y aún no recibimos respuesta. Los estudiantes nos vamos a seguir movilizando”, aseguró el dirigente.
Distintas organizaciones estudiantiles están llamando a esta movilización. Entre sus demandas están transporte gratuito, fin al hacinamiento en las salas de clases, atención a la salud mental y la mejora de la educación sexual en los colegios.
“Plan marzo”
A fines del año pasado, las manifestaciones se hicieron más violentas, con grupos de personas que usaban overoles blancos y que salían desde los establecimientos educacionales para cortar la calle y lanza bombas molotov. También se registraron quema de buses del transporte público y violentos enfrentamientos con Carabineros.
Ante esta situación, autoridades de la capital están preparando un plan alrededor de los llamados “liceos emblemáticos” de Santiago, quienes fueron los lugares donde se gestaron más actos de violencia.
Desde Carabineros explicaron que se están preparando tanto para las protestas del 9 de marzo, como para la movilización del 8 de marzo, por la conmemoración del Día de la Mujer. Durante esos días habrá un despliegue especial de personal policial en áreas que son consideradas conflictivas.
Por otro lado, la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler explicó que durante las vacaciones se realizaron mejoras a la infraestructura de distintos liceos, que era una de las peticiones de los estudiantes, por lo que el municipio está “priorizando aquellas solicitudes y no con hechos de violencia. Eso es lo que queremos que quede atrás”, dijo Hassler.
Pero, a pesar de las demandas estudiantiles, para el ministro de Educación no hay una razón de estas manifestaciones. “El año pasado fue un año en que echamos a andar el sistema educativo después de la pandemia. Nosotros hemos respondido”, dijo Marco Antonio Ávila.
Según el jefe de la cartera de Educación, este 2023 es clave para que los estudiantes recuperen su aprendizaje y que “cualquier cosa que interrumpa eso, cualquier cosa que nos saque del foco, claramente va a complejizar ese proceso de aprendizaje”.
Pérdida de matrículas
El Instituto Nacional, el Internado Nacional Barros Arana, el Liceo de Aplicación y el Liceo Manuel Barros Borgoño son considerados “liceos emblemáticos” por su trayectoria educativa y buenos resultados académicos.
De sus aulas egresaron presidentes, empresarios, políticos de carrera y otras figuras importantes para el desarrollo del país.
Pero las manifestaciones del 2022 provocaron varias interrupciones en las jornadas educativas. Los overoles blancos se escudaban al interior de estos establecimientos para no ser detenidos por Carabineros.
Mientras algunos padres apoyaban las demandas de sus hijos, otros al parecer prefirieron sacarlos de estos colegios, a pesar de su prestigio.
Esto se vio reflejado en las matrículas 2023, donde quedaron cientos de vacantes, una situación muy inusual en establecimientos educacionales que tienen una alta demanda.
A enero de este año, el Instituto Nacional tenía 167 cupos, el Manuel Barros Borgoño 245, el Internado Nacional Barros Arana 526 y el Liceo de Aplicación 531 cupos.
Lo mismo ocurrió con la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) donde estos liceos obtuvieron un peor desempeño que en años anteriores. De los 100 establecimientos educacionales con mejores resultados, solo 3 son públicos.