Las reservas de divisas de Ucrania han alcanzado los 32.000 millones de dólares por primera vez desde 2010, después de que el país recibiera el lunes el primer tramo de 2.700 millones de dólares del FMI, según reveló la subdirectora primera del Banco Central del país, Kateryna Rozkhova.
"Ucrania tiene bastante cubiertas sus necesidades para 2023", indicó Mykhailo Demkiv, analista financiero de la compañía de inversiones ICU.
Sin embargo, el papel del programa de préstamos del FMI, que prevé la concesión de 4.500 millones de dólares este 2023 y 11.100 millones en 2024, no se limita a proporcionar fondos adicionales.
"Será como garantía para los principales aportadores de Ucrania, como EE.UU. y la UE, de que el dinero de sus contribuyentes se va a gestionar de forma eficiente en Ucrania", subrayó el analista.
Los fondos del FMI contribuirán al financiamiento de la sanidad, educación y otros gastos de Ucrania sin fines militares. Kiev, por su parte, se ha comprometido a adoptar una serie de medidas para garantizar su estabilidad presupuestaria y financiera.
El Nuevo Acuerdo ampliado del FMI forma parte de un paquete de 115.000 millones de dólares de ayuda a Ucrania de sus donantes internacionales. La UE también se ha comprometido a proporcionar 1.500 millones de euros en créditos cada mes en 2023, mientras que EE.UU. aportará al menos 7.400 millones de aquí a septiembre.
Con la financiación exterior sobre gastos no militares, Ucrania ha podido destinar sus ingresos estatales a financiar su esfuerzo bélico.
La proporción de los gastos de defensa ha sido aproximadamente igual a la mitad de todas sus partidas en los primeros meses del año. Se prevé que aumente aún más, ya que no se espera que la guerra activa termine en 2023.
Hace dos semanas, el Parlamento ucraniano votó a favor de aumentar la partida de Defensa en más de medio billón de UAH (unos 14.000 millones de dólares) en 2023. Los fondos se destinarán a pagos a los soldados movilizados, así como a financiar su instrucción y la adquisición de los tan necesarios vehículos aéreos no tripulados.
En los tres primeros meses de 2023, la diferencia entre ingresos y gastos del Estado ascendía a 6.000 millones de dólares (algo menos del 30% de todos los gastos). Más de dos tercios procedía del exterior, incluidos 4.500 millones de euros de ayuda de la UE, mientras que el país también recibió una subvención de 1.250 millones de dólares de Estados Unidos.
El resto se ha cubierto con la adquisición de bonos nacionales por parte de los bancos privados del país, que han proporcionado liquidez adicional debido a que los soldados tenían pocas posibilidades de gastar sus salarios.
Esto contrasta con la situación de 2022, cuando la financiación externa era aún insuficiente e impredecible, afirma Demkiv. Entonces, los bonos nacionales eran adquiridos directamente por el Banco Central, lo que creaba una presión inflacionista adicional.
El memorando de Ucrania con el FMI prevé en cambio que se vuelva a esta práctica, equivalente a lo que se conoce como "imprimir dinero", aunque como último recurso. Tras una inflación interanual del 26,6% en 2022, se prevé que el nivel quede por debajo del 20% en 2023, y que el Central mantenga su tipo de interés básico en el 25%.
Las condiciones de los préstamos han sido en gran medida favorecedoras para el país, que lucha por su supervivencia. Es probable que parte de la deuda se renegocie o condone tras el final de la guerra, según Demkiv.
El banco central del país pronostica que el PIB crecerá levemente este 2023, tras haber caído más de un 30% en 2022. La financiación exterior va a seguir siendo indispensable en un país golpeado por la guerra y mientras prosigue la agresión rusa.