A pocas horas del primer encuentro entre las delegaciones de Rusia y Ucrania para llegar a un acuerdo por la paz, Moscú intensificó la ofensiva militar.
El Kremlin continuará con la "operación militar especial" iniciada en Ucrania el pasado 24 de febrero hasta que "alcance sus objetivos", afirmó hoy el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.
Incluso antes de esas declaraciones, las sirenas antiaéreas se hicieron sentir durante la noche de muchas ciudades ucranianas, incluida la capital Kiev.
El avance fue reflejado por imágenes satelitales que muestran cómo una columna de vehículos rusos de más de 60 kilómetros de largo se dirige hacia la capital ucraniana.
Mientras tanto, la ciudad sureña de Jersón está rodeada por las tropas del Ejército de Vladimir Putin.
Por otra parte, ayer se registraron fuertes ataques en Járkov, al noroeste del país gobernado por Volodimir Zelenski, donde se atacaron áreas residenciales y se reportaron bajas civiles.
Precisamente en esa ciudad, se reportó ayer la caída de bombas de racimo que afectó la sede del gobierno local (foto de portada), sin víctimas mortales informadas oficialmente.
La ciudad portuaria de Mariúpol, en la región del Donbass perteneciente a Donetsk, continúa también bajo asedio ruso. Allí, el alcalde Vadym Boichenko dijo que “durante cinco días los barrios residenciales han sido bombardeados con artillería, cohetes y fuerzas aéreas. Se han dañado infraestructuras civiles: escuelas, casas. Hay muchos heridos. Hay mujeres y niños muertos”, aseguró.
De su lado, los separatistas prorrusos en el Donbass aseguraron hoy haber tomado el control de 29 localidades dominadas hasta ahora por el Ejército ucraniano, y denunciaron ataques con artillería de las fuerzas de Kiev contra la ciudad de Górlovka, donde habrían resultado heridos 16 civiles.
Por su parte, la ONU estipuló que las bajas civiles en los primeros cinco días de la guerra superaron las 400, aunque desde el gobierno ucraniano señalan que la cifra está subestimada.
De esta forma, la emergencia humanitaria se agrava con el paso de los días, ya que cientos de miles de personas huyen de Ucrania y presionan sobre las fronteras de la Unión Europea.
Bélicas negociaciones
A la par de las acciones bélicas, las sanciones internacionales se endurecen contra Moscú y ponen en aprietos al sistema económico ruso. Sin embargo, el canal de negociación sigue abierto y las delegaciones deberán reunirse nuevamente, esta vez, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
Las pretensiones de Vladimir Putin, comunicadas ayer en una llamada telefónica con su homólogo francés, Emmanuel Macron, son que Ucrania se declare neutral, se desmilitarice y se reconozca a la península de Crimea -ocupada por el Kremlin desde 2014- como territorio ruso, algo que, en principio, parece difícil de acordar.
Al otro lado de la trinchera, Zelenski espera una resolución favorable a sus intenciones de ingresar a la Unión Europea. De hecho, hoy hablará en videoconferencia con el pleno de la Eurocámara para pedir más asistencia, la cual se vio reflejada en armas y otros elementos de guerra en los últimos días.
Mientras espera una respuesta, llamó este martes al mundo a cerrar el cielo para "misiles, aviones y helicópteros rusos" y denunció anoche que los ataques rusos en Ucrania no cesaron ni durante las conversaciones sobre la posibilidad de paz. |
