Kim pronunció esas palabras en el marco de un desfile militar en el se presentó un nuevo y gigantesco misil balístico intercontinental (ICBM), el más grande del mundo de este tipo según los analistas.
El cohete fue transportado por un vehículo de 11 ejes de largo por la plaza Kim Il Sung, donde el líder observaba el desfile desde una tribuna, según las imágenes retransmitidas por la cadena pública KCTV.
Se trata del "mayor misil móvil de combustible líquido visto hasta ahora", tuiteó Ankit Panda, de la Federación de Científicos estadounidenses.
Se cree que Corea del Norte ha seguido desarrollando su arsenal, supuestamente para protegerse de Estados Unidos, tras el fracaso de la cumbre de Hanoi con el presidente Donald Trump en febrero del año pasado.
Los analistas consideran que el país ha estado desarrollando un ICBM capaz de alcanzar a Estados Unidos y evadir los sistemas de defensa estadounidenses.
Además del ICBM, fue presentado el Pukguksong-4a, un nuevo misil submarino.
Kim Jong Un, vestido con un traje gris, declaró ante la multitud: "Continuaremos reforzando nuestro Ejército, con fines de autodefensa y de disuasión".
"Si no tienes la fuerza, tendrás que enjuagar las lágrimas y la sangre que fluyen con los dos puños cerrados", agregó.
El esperado acto formaba parte de las conmemoraciones del 75º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, en el que miles de soldados marcharon sin mascarilla en un país que cerró sus fronteras hace ocho meses.
Según las imágenes retransmitidas por KCTV, ni los participantes ni el público asistente llevaban protección, pero había muchos menos ciudadanos de los que suele haber en la plaza Kim Il Sung de la capital Pyongyang, informó la agencia de noticias AFP.
La emisión comenzó con una imagen de un cartel propagandístico de las conmemoraciones, en el que aparecen tres norcoreanos con los símbolos de una hoz, un martillo y un pincel y el lema "La mayor victoria para nuestro gran partido".
Durante su discurso, Kim se mostró agradecido de que "ni una sola persona" hubiera contraído el coronavirus en el país, y afirmó que deseaba "buena salud a todas las personas del mundo que luchan contra los males de este funesto virus".
"Incluso podía verse a Kim un tanto sofocado y con lágrimas en los ojos mientras leía su discurso", indicó la exanalista de Corea del Norte para el Gobierno estadounidense Rachel Lee, para quien la alocución de hoy supuso un cambio respecto al "discurso trillado visto desde hace años".
A diferencia de otras ocasiones, la prensa extranjera no fue autorizada a presenciar el desfile y, como muchas embajadas están cerradas por el coronavirus, apenas hubo observadores extranjeros en la ciudad.
La embajada rusa en Pyongyang colgó un mensaje en su página de Facebook pidiendo a los diplomáticos y a otros representantes internacionales que no "se acerquen ni tomen fotos" de las conmemoraciones.