Preocupación ha causado la posible operación de bandas criminales de El Salvador, llamadas “maras” en el norte de Chile.
Esta semana, el subdirector de Inteligencia, Crimen Organizado y Seguridad Migratoria de la Policía de Investigaciones (PDI), Luis Silva, fue consultado por la presencia de estas redes dentro de una comisión parlamentaria que investiga la situación de la macrozona norte.
“Para ser fiel a esa respuesta, se lo pediría hacer en una sesión reservada, por favor”, respondió el funcionario policial. Esto ya que existirían antecedentes de hechos relacionados con estas organizaciones y que están en investigación, por ende, no puede ser revelados públicamente.
Para este lunes 23 de enero se programó la sesión secreta entre policías y parlamentarios donde se conocerían más antecedentes de la posible presencia de las “maras” en Chile.
“Ya habrían ingresado a nuestro país distintas bandas criminales y posiblemente maras, esto significa que el Gobierno tiene que tomar medidas mucho más drásticas”, indicó la diputada socialista Danisa Astudillo, quien participará de la comisión privada.
Combate a las “maras”
La Mara Salvatrucha, también conocida como MS13, es una pandilla que tiene su origen en El Salvador, pero su incidencia se extiende a Honduras, Guatemala y en los años 80 fueron el dolor de cabeza de Estados Unidos debido a la migración.
Sus miembros poseen una gran cantidad de tatuajes que representan historias de vida o los años que pasaron en la cárcel. Entre los delitos principales a los que se dedican se cuentan extorsión, narcotráfico, contrabando de armas, secuestro y asesinatos por encargo.
La erradicación de las “maras” es una de las prioridades del gobierno de El Salvador. El Presidente Nayib Bukele instaló un estado de excepción en el país luego del asesinato de 87 personas. La mano dura llegó hasta las cárceles, desde donde se organizaban muchas de las operaciones de estas pandillas.
En Chile, la explosiva inmigración que se ha registrado en los últimos años ha permitido la creación de un atractivo negocio para las organizaciones criminales: la trata de personas.
“Los 7 millones de venezolanos que salieron de manera forzada de su país, están en la frontera de distintos países latinoamericanos y, por lo tanto, para las organizaciones internacionales constituyen uno de los negocios más rentables; eso ha provocado que se acerquen al país”, explica el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
El llamado “Tren de Aragua”, banda delictual venezolana era la que tenía una presencia comprobada en territorio chileno. El año pasado, luego de varios meses de investigación, se logró desbaratar a la célula principal, con operativos en el norte y centro del país.
Sin embargo, parece difícil erradicar este lucrativo negocio criminal. El Fiscal de la región de Tarapacá, Raúl Arancibia, reconoció que la migración masiva y sus consecuencias pilló por sorpresa a las autoridades judiciales. Si bien se han hecho avances, todavía hay desafíos para combatir a estas bandas.
“No es suficiente traer a más Carabineros, tenemos que tener mayor inteligencia y más tecnología, porque estas organizaciones trabajan de otro modo y no podemos combatirlas de la manera en que lo hemos hecho tradicionalmente”, apunta.
En la región de Tarapacá se registraron más de 50 homicidios el año 2022 y en lo que llevamos del 2023 ya van 8 muertes, cifras que no concuerdan con la realidad del resto del país.
“Más del 30% de los imputados por homicidio son extranjeros, al igual que el 39% de quienes cometen todos los delitos en la región. En la cárcel, 45% de las personas que están privadas de libertad también vienen de fuera de Chile”, aseguró el fiscal.
Y si bien en Tarapacá saben bastante del “Tren de Aragua”, todavía no hay antecedentes concretos sobre las “maras”. “Aunque no me extrañaría”, indica el jefe del Ministerio Público de la región nortina.