Según el diario The Wall Street Journal , la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) está estudiando cambiar la legislación para evitar que este tipo de entidades financieras puedan seguir ocultando estas pérdidas.
En concreto, la Reserva Federal está considerando poner fin a una exención que permite a algunos bancos aumentar la cantidad de capital que declaran a efectos regulatorios, según fuentes cercanas a esta cuestión citadas por el periódico.
Estas compañías de mediano tamaño se beneficiaron de una desregulación acometida por la Fed en 2019 para relajar los controles que habían sido impuestos sobre el sector financiero tras la crisis de 2008.
Si el banco central estadounidense revierte los cambios que fueron introducidos hace cuatro años para beneficiar a la banca mediana, estas entidades financieras volverían a tener los mismos controles que se aplican a los grandes bancos y que son más estrictos.
Las fuentes indicaron que se está estudiando aplicar restricciones más duras a unas 30 empresas con activos valorados entre 100 mil y 700 mil millones de dólares y que los cambios podrían ponerse sobre la mesa en verano.
Antes de su desplome, el SVB había multiplicado su negocio durante la pandemia, y sus activos se triplicaron entre finales de 2019 y mediados de 2022 gracias a todo el dinero que las tecnológicas -boyantes en esa época- depositaban en sus cuentas.
El banco, al igual que muchos de sus competidores, invirtió miles de millones de dólares en bonos a largo plazo aprovechando los bajos precios del dinero. Esa apuesta, habitualmente considerada como algo muy seguro, se complicó con la subida de los tipos, que hizo caer el precio de esos productos de deuda pública.
En marzo, para obtener liquidez con la que responder a la retirada de fondos de algunos de sus clientes, el banco se vio obligado a vender una parte importante de sus activos antes de su maduración, lo que conllevó unas pérdidas que quiso compensar con una ampliación de capital.
El movimiento del SVB asustó a los mercados y a los clientes, que corrieron a retirar su dinero de manera masiva, lo que provocó su colapso, que a su vez desató el pánico en el sector provocando una tormenta financiera que se llevó por delante otro banco de similares características, el Signature Bank y que golpeó también con fuerza a los bancos europeos.