El secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó unión a los líderes internacionales y les animó a usar la próxima Asamblea General de la organización como un foro que permita superar sus fuertes divisiones en un momento de "gran peligro" para el mundo.
"El debate general de este año debe dar esperanza y (ayudar a) superar las divisiones que están impactando al mundo de forma dramática", dijo Guterres en una conferencia de prensa previa a estas reuniones de alto nivel que comienzan en Nueva York la próxima semana.
El secretario general de Naciones Unidas advirtió que las fracturas geoestratégicas "son las más grandes desde al menos la Guerra Fría" y están "paralizando la respuesta global a desafíos dramáticos".
"Nuestro mundo está arruinado por la guerra, azotado por el caos climático, marcado por el odio y avergonzado por la pobreza, el hambre y la desigualdad", lamentó Guterres en un sombrío análisis de la coyuntura internacional.
La paz en ucrania, lejos
La guerra en Ucrania figura en el centro de la agenda de esta próxima Asamblea General y el diplomático portugués habló hoy sobre ella con el presidente ruso, Vladímir Putin, que no tiene previsto viajar a Nueva York.
Tras esa conversación telefónica, Guterres dejó claro que ve la paz en Ucrania muy lejos y abogó por seguir trabajando en cuestiones concretas del conflicto que permitan aliviar el sufrimiento de los civiles y, a la vez, impulsar algo de confianza entre las partes.
"Sería ingenuo pensar que estamos cerca de la posibilidad de un acuerdo de paz", aseguró el diplomático portugués.
Según Guterres, en la reunión de hoy con Putin se abordaron cuestiones como el trato a los prisioneros de guerra, la situación en la central nuclear de Zaporiyia, las posibilidades de extender el acuerdo para las exportaciones de cereal por el mar Negro y fórmulas para facilitar las ventas de fertilizantes rusos.
Guterres recalcó que, pese a los compromisos acordados, las exportaciones rusas de fertilizantes siguen encontrándose con "obstáculos" y aseguró que es vital eliminarlos para evitar una gran crisis en este mercado que puede llevar a que se reduzcan de forma importante las áreas de cultivo en muchos países.
Crisis alimentaria y energética
Agravada por la guerra en Ucrania, la crisis alimentaria se presenta como otro de los temas clave de la Asamblea General y la ONU recordó hoy que hay un "verdadero riesgo de múltiples hambrunas este año".
"El hambre global empezó a aumentar antes de la pandemia y nunca se ha recuperado (la situación previa)", recalcó Guterres, que dijo que por ahora el problema es que los alimentos no están bien repartidos en el mundo, pero puede que en el futuro no los haya para todos.
Así, sostuvo que es necesario garantizar que los países más vulnerables tengan acceso a la comida que necesitan actualmente, tanto como estabilizar el mercado de fertilizantes para asegurar las próximas cosechas y evitar una situación aún peor.
Mientras, consideró que es "mucho más difícil" responder a la crisis energética, dado que los intereses de ciudadanos, países y empresas son en gran medida contradictorios.
Guterres, como ya había hecho anteriormente, consideró "inaceptable" que la industria de los combustibles fósiles esté registrando ganancias récord en un momento en el que muchos sufren por el costo elevado de la energía y animó a los Gobiernos a gravar esos beneficios extraordinarios.
Crisis climática
La otra gran crisis que centrará la atención de los líderes internacionales la próxima semana será la del cambio climático, un problema que no hace más que avanzar y donde las medidas que se están tomando son claramente insuficientes, según el secretario general de la ONU.
Guterres se dirigió directamente a los países del G20, que representan el 80 por ciento de las emisiones globales, y les exigió más ambición en un momento en el que parecen estar relajando sus medidas contra el calentamiento global.
El portugués, que regresó hace poco de observar sobre el terreno los efectos de las inundaciones en Pakistán, advirtió que este tipo de desastres son "una ventana al futuro" que le espera al mundo.
"Si un tercio de los países del G20 estuvieran bajo el agua hoy, algo que puede pasar mañana, tal vez encontrarían más fácil acordar recortes drásticos de emisiones", lamentó.