El Ministro de Hacienda, Mario Marcel, estaba visiblemente molesto. Ha sido la peor derrota política desde que asumió el cargo. Su reforma tributaria no pudo avanzar en el Congreso, luego de un trámite de 8 meses.

“La ideología se impuso sobre el pragmatismo”, dijo Marcel, y agregó que solo celebrarán “quienes evaden impuestos. Van a tener al menos un año más para seguir usando esos mecanismos para evadir”.

Según el jefe de la billetera fiscal chilena, esta reforma iba a permitir aumentar la Pensión Garantizada Universal, disminuir las listas de espera en los hospitales y el aumento de recursos para la salud primaria.

La reforma tributaria, considerada como un eje central del gobierno de Gabriel Boric, se rechazó en la Cámara de Diputados por solo dos votos.

En el momento de votar, dos parlamentarias se retiraron de la Sala: Pamela Jiles del Partido Humanista, quien en los últimos meses se ha mostrado más cerca de la derecha que del oficialismo, y Viviana Delgado del Partido Ecologista Verde (PEV).

El día anterior, esta parlamentaria habría sufrido una descompensación luego de una discusión con el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila. A pesar de que éste pidió disculpas, la diputada y su partido decidieron cortar diálogo con el Gobierno y se abstuvieron de votar a favor.

Con esta inesperada derrota, ahora el gobierno del Presidente Boric tendrá que esperar hasta 2024 para poder reponer el proyecto de ley.

El mandatario, quien se encuentra en una gira en la zona norte, se refirió a esta dura derrota. “Nuevamente hay un sector que intenta hacer que las cosas no cambien, dejar las cosas tal cual están”.

El Presidente Boric agregó: “Ocuparé todo mi liderazgo y pondré todo nuestro Gobierno a trabajar para construir una mayoría que sí haga posible esta reforma”.

Críticas a la reforma

Desde el inicio del trámite, parlamentarios de la oposición se mostraron reacios a aprobar este proyecto. La propuesta buscaba recaudar 3,6% del PIB, con algunas modificaciones como un impuesto al patrimonio de las mayores fortunas.

Otro de los reparos de la oposición era una serie de normas que elevaban el impuesto a los arriendos y el gravamen a las pequeñas y medianas empresas.

También se criticaba la creación de un mecanismo que gravaba los dividendos y retiros de una empresa, situación que, según sus críticos, afectaría el ahorro y la inversión en el país.

Este punto es el que más destacaron distintas organizaciones gremiales. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, aclaró que entienden el objetivo de recaudar más recursos, pero que “no se puede hacer a costa de gravar el ahorro y la inversión, perjudicando el crecimiento y la generación de empleos”.

El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco, indicó que el rechazo es “la respuesta a un proyecto que implica importantes riesgos para el desarrollo empresarial, especialmente las pymes, en tiempos en que el país debe retomar el crecimiento”.

Próxima parada: la ley de pensiones

Con esta derrota, los parlamentarios de derecha ya miran hacia otro de los pilares del gobierno de Boric: la reforma de pensiones.

“La reforma de pensiones corre el mismo peligro si el Gobierno no cambia su actitud y se abre a un diálogo mayor”, señala el diputado Eduardo Durán (RN). “Hagámoslo bien, con menos ideología y sentido común considerando lo que piensa la gente: que exista solidaridad, pero que las cuentas y los dineros se mantengan en una cuenta propia heredable para los trabajadores”.

“El Gobierno va a tener que entender que, habiéndose rechazado la tributaria, no puede seguir con la misma actitud. El Gobierno quiere imponer su propia visión respecto a la reforma previsional, no se ha allanado a cambiar nada”, aseguró el diputado Henry Leal (UDI).