"El suministro de petróleo y de productos petroleros rusos a entidades jurídicas extranjeras y otros particulares está prohibido" si estas implementan el tope a los precios, había dicho el presidente ruso, Vladimir Putin, al firmar el decreto a finales de 2022.
La prohibición decretada por Putin, de exportar petróleo a destinatarios que se atengan al precio tope impuesto al crudo ruso por los países del G7, la Unión Europea (UE) y Australia como sanción por la campaña militar rusa en Ucrania entró hoy en vigor.
La disposición presidencial obliga a los exportadores rusos de crudo a rechazar los contratos con personas jurídicas o físicas extranjeras que contengan un mecanismo que fije, directa o indirectamente, un precio máximo en cualquiera de las etapas de los suministros hasta el comprador final.
La prohibición, que permite a Putin excluir de la medida determinados suministros, regirá hasta el próximo 1 de julio.
Un veto similar, que entrará en vigor en una fecha aún por precisar por el Gobierno, se ha impuesto a las exportaciones de derivados de crudo. Sin embargo, diversos analistas han apuntado que estas prohibiciones no tendrán ningún impacto, porque el petróleo ruso se negocia a precios por debajo del tope.
El Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), la UE y Australia acordaron en diciembre pasado imponer un precio tope de 60 dólares al barril de petróleo ruso para reducir los ingresos de Moscú y su "capacidad para hacer la guerra en Ucrania", como declaró en su momento la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El techo de precio se aplicará también a los derivados de crudo rusos desde el próximo día 5, aunque aún no se han precisado los parámetros de la medida.