Después de que decenas de miles de personas salieran a las calles de Colombia en manifestaciones extendidas durante mes y medio, el Comité Nacional del Paro (CNP) anunció este martes un replanteamiento de su estrategia mediante la suspensión temporal de las convocatorias de protestas.
"Hemos decidido hacer una interrupción temporal de las movilizaciones recurrentes que veníamos haciendo los miércoles", dijo en una rueda de prensa el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.
Las manifestaciones, que sacaron en las primeras semanas desde el 28 de abril a decenas de miles de personas a las calles contra la extinta reforma tributaria en primera instancia y luego por un sinfín de reclamos sociales y políticos, perdieron fuerza en las últimas semanas, con muy poca gente en las recientes convocatorias.
Los sindicatos que lideran el CNP prometieron un repliegue y ya anunciaron futuras citas como un "gran concierto" el próximo domingo 20 de junio y una movilización hacia el Congreso el 20 de julio, día en que se instala el nuevo periodo de sesiones legislativas.
Un descontento latente
"La percepción es que las últimas semanas todo se ha desgastado un poco, pero siento que el descontento continúa", aseguró la historiadora y politóloga Sandra Botero, quien subraya que, a pesar de la decisión del CNP, este organismo, integrado por sindicatos obreros, educativos y alguna organización social, ha perdido buena parte del poder de convocatoria de las protestas que aún persisten.
Según Botero, profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, "si bien es importante lo que está diciendo el CNP, hay unas manifestaciones locales que no necesariamente van a parar".
La pandemia disparó el desempleo, aceleró la desigualdad y envió a la pobreza a decenas de miles de personas de clase media, hasta el punto de que el organismo oficial de estadísticas de Colombia, el DANE, consideró que el país no es más de clase media, sino de clases bajas.
Por eso las protestas se hicieron fuertes en los barrios, sobre todo en los de Cali, donde también se juntan la inseguridad, los problemas de narcotráfico y de grupos criminales, y los jóvenes fueron quienes dieron la cara -y la vida- en marchas, plantones y también en bloqueos que han causado estragos en la economía nacional.
"Las personas que se encuentran en los plantones son personas totalmente ajenas al Comité del Paro", explicó Pipe, un defensor de derechos humanos de la renombrada Puerto Resistencia, uno de estos barrios de Cali.
Este joven duda que el llamado del Comité vaya a tener algún efecto en los muchachos de "primera línea", como se conoce a los jóvenes encapuchados y con escudos artesanales que están en el frente de las movilizaciones. Y más bien pide que los sindicatos se reúnan con ellos "para poder tener un pliego (de peticiones) conjunto y poder sentarse a dialogar y que todos se sientan identificados".
Actualmente en zonas como Puerto Resistencia también se viven discusiones sobre a dónde llevar las protestas o si seguir en pie de lucha. Muchos plantones se han levantado, otros se han trasladado y, según información de hoy del Ministerio de Defensa, es la primera semana desde el comienzo de las protestas donde no hay ni un solo bloqueo en las vías del país.
"Ahora es el momento de los muchachos de sentarse a dialogar entre ellos mismos y ver de qué manera, según el panorama que ellos estén analizando, poder replantear las protestas", asegura Pipe, que reconoce que en los barrios "se está valorando de qué manera seguir el paro sin que ponga en riesgo la vida de los muchachos".
Las protestas dejan, según organizaciones de derechos humanos, unas 74 víctimas mortales, al menos 20 de ellas por disparos de la Policía, mientras que la Fiscalía vincula a las manifestaciones 20 fallecidos.
Lo conseguido
El "punto y seguido" anunciado por el Comité este martes se produce después de que los líderes sindicales abandonaran la mesa de diálogo con el Gobierno tras más de un mes sin ningún avance ni acuerdo.
Ahora el Comité de Paro espera convertir sus demandas, entre las que se incluye una renta básica para la población más pobre y la gratuidad de la educación superior para los estratos más bajos hasta por cinco años, en proyectos de ley para que el Congreso los discuta y apruebe.
En mes y medio de protestas se han producido algunos cambios, como el retiro del Congreso de los proyectos de reforma tributaria y del sistema de salud, y la dimisión de los ministros de Hacienda y de Relaciones Exteriores.
El presidente Iván Duque también ha anunciado la gratuidad de la matrícula universitaria para el próximo semestre para los estudiantes de rentas más bajas y que va a presentar una reforma de la Policía para encajarla en el marco internacional de derechos humanos.
"También lo positivo que se ha dado en el marco del paro nacional es que por fin el pueblo está tomando la batuta de su propia dirección", apuntó Pipe. Botero cree que el Gobierno ha jugado al desgaste, pero a pesar de que se produzca este parón y de estos cambios "efímeros y transitorios" no "soluciona problemas de fondo". Así, subrayó la profesora universitaria: si "no se soluciona el descontento de fondo en los próximos meses, las movilizaciones se van a reactivar".