A pocas semanas de que el Congreso rechazara la reforma tributaria del Presidente Gabriel Boric, el Fondo Monetario Internacional (FMI) urgió al país a insistir en un cambio en la política fiscal.
El director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental, Nigel Chalk (foto), dijo considerar que “hay un gran número de gastos prioritarios en la economía, incluido el gasto social, que sería importante financiar; y eso requiere más ingresos”.
Para lograr esto se necesitaría una reforma tributaria “lo antes posible” aseguró Chalk, aunque agregó que la actual política fiscal es “muy robusta”.
En esto colaborarían las proyecciones económicas. El FMI es más optimista que el mismo Banco Central chileno, que indicó un crecimiento del PIB del 1% para este año. Para el organismo internacional en cambio, la proyección del PIB sería del 1,9%. Desde el FMI aseguraron que, si bien Chile podría ser uno de los países en caer en una recesión este 2023, el alza de la inversión extranjera y el buen manejo del dinero fiscal permitiría que el país logre buenos resultados económicos.
Desde el FMI también ven con buenos ojos la manera en que el Gobierno pretende mejorar la economía, aunque indicaron que lo que corresponde es que la autoridad gubernamental y el Congreso se pongan de acuerdo para una reforma en materia impositiva.
Recordemos que el pasado 8 de marzo la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó el proyecto del ministro de Hacienda, Mario Marcel, por solo dos votos, lo que significa que el Gobierno no podrá ingresar nuevamente la iniciativa hasta el 2024.
Sin embargo, para el jefe de la billetera fiscal la batalla no está perdida, y de inmediato se inició un diálogo con los parlamentarios y otros actores del sector para conciliar diferencias y que la nueva reforma tributaria pueda tramitarse sin obstáculos.
“Se echó a andar un diálogo entre actores sociales y económicos que va a terminar la próxima semana. Estamos buscando ver cuáles son los ajustes que requeriría el proyecto para reiniciar el trámite legislativo. Nosotros hemos sido claros en que no vamos a insistir en el mismo proceso que se rechazó”, aseguró el ministro Marcel.
La nueva propuesta podría empezar a restructurarse después de las elecciones de los consejeros constitucionales, “cuando el escenario político esté más tranquilo”, afirmó el ministro.
Difíciles negociaciones
Pero el ministro de Hacienda sabe perfectamente que estos diálogos no serán fáciles.
En el Congreso existe una mayoría de las fuerzas de la oposición, por lo que ahí ya cuenta con el primer obstáculo porque los parlamentarios de derecha nunca apoyaron la reforma tributaria.
Otro de los afectados son las pequeñas y las medianas empresas. Precisamente son actores que se bajaron esta semana de la mesa de trabajo iniciada por el Gobierno y sugirieron trabajar con los parlamentarios de manera paralela.
"Decidimos bajarnos de los diálogos porque no queda tiempo y no están ahí nuestras respuestas”, aseguraron a través de un comunicado la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), la Multigremial Nacional y la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme).
Quienes sí participan de la mesa de trabajo y están dispuestos a seguir dialogando son los grandes empresarios. El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Ricardo Mewes, indicó: “Tenemos que poner todos nuestros esfuerzos, así como lo hicimos en la reforma de las 40 horas, pese a que muchas veces fuimos criticados por haber llegado a ese acuerdo".
Además agregó: “A lo menos en los próximos 6 meses, pienso yo, que debiéramos tener un acuerdo que nos ayude a ir despejando toda esta incertidumbre y que Chile vuelva a crecer, porque eso es lo que va a generar en definitiva los recursos para los desarrollos sociales que el Gobierno y la sociedad entera necesita".