La problemática no gira, únicamente, en torno a la falta de trabajo y la carencia de formación académica, sino que los jóvenes que están mucho más experimentados que los mayores para manipular las nuevas tecnologías tienen un gran desafío: la mano de obra robótica y la inteligencia artificial.

Según un análisis realizado a nivel mundial por la OIT, el empleo entre los jóvenes de 15 a 24 años cayó un 8,7%, una elevada cifra en comparación con el desempleo de los adultos que fue del 3,7%. La preocupación principal de las autoridades en todo el planeta es la perspectiva en cuanto a que la población joven crecerá en más de 78 millones entre 2021 y 2030 y los países de bajos ingresos representarán casi la mitad de ese aumento.

Si se observa en retrospectiva y tomando como base la relación crecimiento demográfico-ocupación, entre 1999 y 2019 la población juvenil mundial ha aumentado de 1.000 millones a 1.300 millones, mientras que el número total de jóvenes que participan en la fuerza de trabajo ha disminuido: pasó de 568 millones a 497 millones. El contexto resulta menos desalentador, pero de todos modos es preocupante si se analiza que una amplia franja de jóvenes sí tiene trabajo, pero la remuneración no alcanza a cubrir sus necesidades básicas.

El reporte de la OIT asegura que de los 429 millones de trabajadores jóvenes en todo el mundo:

•  55 millones, es decir, el 13% viven en condiciones de extrema pobreza, con ingresos inferiores a 1,90 dólares al día 
• Mientras que, 71 millones (17%) están en situación de pobreza moderada, con ingresos inferiores a 3,20 dólares diarios.

Existe un dato alentador: la pobreza extrema entre los trabajadores jóvenes disminuyó aproximadamente 20 puntos porcentuales entre 1999 y 2019 en todo el mundo. Claro que esta mejora no es uniforme: sigue siendo sumamente alta la pobreza extrema en jóvenes en ciertas partes del mundo, en especial en África Subsahariana y los Estados Árabes, allí no hay mejora alguna, dice el trabajo "Tendencias mundiales del empleo juvenil 2020" de la OIT.

"La mala calidad de los empleos de muchos jóvenes se manifiesta en las condiciones de trabajo precarias, la falta de protección jurídica y social y las limitadas oportunidades de formación y de progresión profesional", agrega el informe.

Análisis de la ONU

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a nivel mundial uno de cada cinco jóvenes no tiene empleo ni educación o formación, y tres de cada cuatro son mujeres. La brecha es aún mayor en regiones como Asia Meridional y los Estados Árabes, donde las normas sociales y culturales impiden a las mujeres cursar estudios o trabajar fuera de su hogar.

Los cimientos de la crisis se encuentran en la diferencia de oportunidades socioeconómicas de acceso a una educación que permita a las y los adolescentes entrar al mercado laboral."Los sistemas de educación y formación deberán responder a este desafío", asegura la ONU en su página web al exponer las recientes estadísticas sobre los "ninis" (ni estudian ni trabajan), que representan el 20% de la franja juvenil, según mediciones oficiales.

"En 2016 había 259 millones de jóvenes clasificados como ninis, un número que aumentó a una cifra aproximada de 267 millones en 2019, y se proyecta que continúe subiendo a alrededor de 273 millones en 2021", afirma.    |