Después de un año de investigación, el Ministerio Público junto con la Policía de Investigaciones logró las pruebas necesarias para realizar el allanamiento de 23 locales comerciales, viviendas y bodegas, todas pertenecientes a Domingo Jalil, un reconocido empresario del barrio comercial Meiggs, en Santiago.
En el operativo lograron incautar siete toneladas de fuegos artificiales, avaluadas en 900 millones de pesos chilenos (más de un millón de dólares).
El empresario y otras diez personas fueron detenidas y quedaron a disposición de la justicia, acusados por asociación ilícita, venta ilegal de fuegos artificiales y lavado de activos.
Modus operandi
“El detenido tenía varios contactos con empresas chinas y los aprovechó para importar desde ese país los fuegos artificiales. Luego procedía a revenderlos a personas ligadas a clubes de futbol y organizaciones criminales que los utilizaban como manifestación de su poder en sus respectivos territorios”, explicó Sergio Soto, de la Fiscalía de Focos Occidente.
El centro de acopio principal estaba en el barrio Meiggs, donde se logró incautar la mayoría de los fuegos de artificio. A este lugar acudían integrantes de las barras bravas de fútbol o miembros de bandas criminales para comprar estos productos.
Incluso la policía aseguró que muchas veces estos fuegos artificiales eran utilizados como armas contra las fuerzas de orden.
El uso de fuegos artificiales para funerales narco, celebraciones de cualquier tipo, o simplemente para intimidar a bandas rivales, aumentó de manera significativa en los últimos años en la capital. Esto a pesar de que la venta de estos productos está completamente prohibida para la población en general, según la ley.
Además, se encontró una gran cantidad de dinero en efectivo, por lo que incluyó el delito de lavado de activos, ya que utilizaban los locales comerciales de Jalil en el barrio Meiggs para “limpiar” todo el dinero que llegaba por el tráfico de fuegos artificiales.
Lo que no vendían dentro del barrio comercial capitalino lo enviaban vía encomienda, sin ningún tipo de protección, por lo que pusieron en peligro también a los trabajadores de las empresas de correo.
Caso “Relojes VIP”
Pero Domingo Jalil no enfrenta a la justicia por primera vez. Llevaba un año en la mira de la policía, ya que es considerado el mayor proveedor de fuegos artificiales de la capital.
Pero hacer algunos meses, también había sido formalizado por otro mediático caso: Relojes VIP, una investigación relacionada con la compra y venta de relojes de alta gama robados, donde actuó como prestamista.
En este caso están involucrados actores chilenos y el marido de Tonka Tomicic, una reconocida figura de la televisión nacional, quien habría participado de la venta de relojes robados.