La denuncia presentada ante el tribunal de La Haya busca crear jurisprudencia al considerar que las acciones del presidente brasileño y de su Gobierno no solo implican un ataque a la Amazonia sino a toda la humanidad. "Son los pulmones de nuestro planeta, por lo que su destrucción nos afecta a todos.
En la denuncia presentamos pruebas que muestran cómo las acciones de Bolsonaro tienen una conexión directa con las consecuencias negativas del cambio climático en todo el mundo", explicó el fundador de AllRise, Johannes Wesemann en una nota de prensa recogida por la agencia de noticias AFP.
Weserman advirtió que "los crímenes contra la naturaleza son crímenes contra la humanidad" y acusó al mandatario ultraderechista de estar "impulsando la destrucción masiva de la Amazonia con pleno conocimiento de las consecuencias". La fiscalía de la CPI considera desde 2016 que "la destrucción del medioambiente, la explotación ilegal de recursos naturales y el acaparamiento de tierras" pueden constituir un crimen contra la humanidad.
Desde que Bolsonaro asumió el cargo, los indígenas brasileños presentaron tres denuncias en su contra ante la CPI por "ecocidio" o "genocidio". El gobernante también fue denunciado ante esta instancia por su cuestionada gestión de la pandemia de coronavirus. La denuncia de hoy, según sus impulsores, es la primera que relaciona la deforestación con un impacto para la salud a escala mundial.
El equipo de expertos de la organización no gubernamental estima que las emisiones que se pueden vincular con las decisiones del Ejecutivo de Bolsonaro en materia de deforestación provocarán 180.000 muertes adicionales este siglo, debido al aumento de las temperaturas en el mundo.
Además, afirman que Bolsonaro buscó "sistemáticamente eliminar, mutilar y vaciar de contenido las leyes, organismos e individuos que protegían la Amazonia" por lo que lo responsabilizan de la pérdida de cerca de 4.000 kilómetros cuadrados de selva amazónica al año y aumentos mensuales de la tasa de deforestación de hasta el 88% desde que asumió en 2019. En abril pasado, Bolsonaro prometió eliminar la tala ilegal y pidió financiación por los aportes ambientales de Brasil.|