Los disturbios que comenzaron hace cinco días en Kazajistán se extendió en todas sus provincias hasta llegar a su mayor ciudad: Almaty, donde los manifestantes cometieron saqueos, tomaron edificios del Gobierno y el aeropuerto por unas horas. También murieron 13 miembros de las fuerzas de seguridad, dos de los cuales fueron encontrados decapitados, y 353 resultaron heridos en el marco de los disturbios.
El estallido se produjo por el aumento de los combustibles, pero la consecuencia fue peor porque los precios del gas volvieron a incrementarse, según informó la televisión estatal.
La Policía dijo que “decenas” de manifestantes habían muerto por la represión cuando intentaban tomar edificios administrativos y comisarías. Por su parte, desde el ministerio de Salud indicaron que más de 1.000 personas resultaron heridas, de las cuales 62 permanecen en terapia intensiva.
Ante el caos, la vecina Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) anunciaron ayer el envío a Kazajistán del primer contingente de una “fuerza colectiva de mantenimiento de la paz”, a pedido del Gobierno de ese país.
El contingente, formado por tropas rusas, bielorrusas, armenias, tayikas y kirguisas, tendrá la misión de “proteger las instalaciones estatales y militares” y “ayudar a las fuerzas del orden kazajas a estabilizar la situación y restablecer el estado de Derecho”, dijo la OTSC.
El presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokayev, no ha logrado hasta ahora sofocar las protestas, a pesar de concesiones sobre los precios del gas, de la dimisión del Gobierno y de la introducción del estado de emergencia y el toque de queda nocturno en el país.
Imágenes difundidas por los medios y las redes sociales mostraban escenas de caos, con tiendas saqueadas y algunos edificios administrativos asaltados e incendiados en Almaty, capital económica del país, mientras se oían disparos de armas automáticas.
La portavoz del Banco Central, Oljassa Ramazanova, anunció la suspensión del trabajo de todas las instituciones financieras del país, donde Internet no funciona. Los aeropuertos de Almaty, de las ciudades de Aktobe y Aktau y de la capital, Nursultán, no estaban operativos hoy tras la cancelación de los vuelos el día anterior.
Como consecuencia del caos, el precio del uranio, del que Kazajistán es uno de los principales productores mundiales, subió bruscamente, mientras que las cotizaciones de las empresas nacionales se desplomaron en la bolsa de Londres.
El país es además un centro de la minería de bitcoines, una actividad que también está experimentando una fuerte caída.
El presidente kazajo introdujo medidas de emergencia para “estabilizar el trabajo de los servicios públicos, el transporte y las infraestructuras”, reforzar la preparación de las fuerzas de seguridad y restablecer el trabajo de los bancos. Se prohibió además la exportación de ciertos tipos de alimentos para estabilizar los precios.
Tokayev dijo ayer que “bandas terroristas” que habían “recibido un amplio entrenamiento en el extranjero” estaban liderando las protestas. “Grupos de elementos criminales golpean a nuestros soldados, los humillan, los arrastran desnudos por las calles, agreden a las mujeres y saquean los comercios”, dijo en un discurso televisado.
En las últimas noches, la policía había disparado granadas aturdidoras y gases lacrimógenos contra la multitud, pero no logró impedir que irrumpieran algunos edificios administrativos.
Según medios y testigos en las redes sociales los manifestantes se dirigieron a la municipalidad y a la residencia presidencial de Almaty, entre otros lugares, y les prendieron fuego. Cinco cadenas de televisión fueron saqueadas.
Hoy era imposible obtener una imagen completa de la situación en el país. Periodistas y testigos no pudieron ser localizados por Internet o por teléfono, ambos cortados.
La ira de los manifestantes se dirige en particular al expresidente Nursultan Nazarbayev, de 81 años, que gobernó el país de 1989 a 2019 y mantiene una gran influencia. Se le considera el mentor del actual presidente Tokayev.
Kazajistán, la mayor de las cinco antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central y la mayor economía de la región, tiene una gran minoría rusa y es de crucial importancia económica y geopolítica para Rusia.
Moscú pidió ayer que la crisis se resuelva mediante el diálogo “y no con disturbios callejeros y violando las leyes”. Estados Unidos y la Unión Europea, por su parte, pidieron “moderación” a todas las partes. |