Las protestas, ampliamente difundidas en redes sociales, comenzaron de forma espontánea por la mañana del domingo, un hecho muy poco común en un país gobernado por el Partido Comunista, donde las únicas concentraciones autorizadas suelen ser las del partido.
"Abajo la dictadura", "Que se vayan" o "¡Patria y vida!", fue el grito a coro de varios miles de manifestantes en San Antonio de los Baños, una pequeña ciudad de 50.000 habitantes a unos 30 kilómetros de La Habana. Con las horas, la protesta llegó a la capital y reflejada en lives.
Internet es joven en la isla caribeña. Aterrizó en 2018, en un país encerrado en medio del mar. Fue un éxito para todos. Empezó para unos pocos en las casas. Y se estiró para el resto en cibercafés o plazas con conexión wi-fi pagando por hora. Para fines de 2020, 4,4 millones de los 11,2 millones de habitantes en Cuba ya navegaban con sus celulares.
Se convirtió en una herramienta para modernizar un país que se arrastraba en la obsolescencia. Y en una opción barata de comunicación entre Cuba y su diáspora repartida en el mundo que debe pagar en dólares las comunicaciones telefónicas con frecuencia de mala calidad. También se convirtió en una amenaza. Y en medio de esta sorpresiva ola de protestas que piden "libertad", el gobierno la cortó.
En diálogo con fuentes cubanas, por estas horas el internet va y viene. Como una canilla, el gobierno la abre por un rato en determinadas provincias y luego la vuelve a cortar. Los manifestantes encontraron en la web su manera de subir videos y audios para mostrar lo que está ocurriendo frente a un gobierno que da poca o nada de información.
El cubano se mueve por Facebook, es su plataforma favorita. Es la que encuentra más fácil de usar. Allí suben videos en vivo. Pero desde que se cortó la señal, la alternativa es estar atentos a cuándo vuelve para subir las imágenes. La fórmula es así: la gente filma con sus celulares, espera a que vuelva la señal y sube sus videos.
Por lo tanto, quienes no están atentos se quedan sin subir lo que tienen para mostrar. Algunos suben videos. Otros, audios con graves denuncias, que son imposibles de confirmar. Las últimas versiones hablan de un muerto, un manifestante asesinado a golpes por la policía. Pero la información no pudo ser confirmada.
Internet es manejada en Cuba por una única empresa, el operador estatal Etecsa, que cobra en dólares los abonos a un precio promedio de entre 21 y 24 dólares en un país donde el salario mensual es de US$ 30.
Ante la falta de conexión, los manifestantes en Cuba encontrar una alternativa: una "APK", llamada "Psiphon". Para bajarla hay que esperar que llegue la señal de internet. Una vez instalada, se debe poner el teléfono en modo avión durante 5 ó 6 segundos, luego conectarse al 4G y activar la APK para tener internet.
"Esta es la última novedad", dicen las fuentes pero admiten que la mayoría de los cubanos no tiene teléfonos de alta gama y no la pueden bajar. La mayoría tiene teléfonos, pero compran lo más accesible. Los avisos para bajar la APK circulan ávidamente por Facebook motorizados desde Estados Unidos.
La mayoría de los cubanos buscan subir videos o mandárselo a sus familiares en el exterior para que los suban a las redes sociales. También vía Facebook, vuelan los avisos que alertan sobre la liberación del servicio de wi-fi de la embajada para que "los cubanos puedan trasmitir al mundo los crímenes del régimen".Las últimas informaciones hablan de los pedidos de ayuda de Cuba a Venezuela para que mande refuerzos para reprimir la protesta, refuerzos que ya habrían llegado junto a los cubanos que ya estaban desplegados en Venezuela.
"Es el comienzo de una nueva etapa. Los cubanos descubrieron algo nuevo después de mucho tiempo juntando desesperanzas. Esto es un destape. El pueblo de Cuba recién está descubriendo la libertad", dicen. "El pueblo cubano ya se dio cuenta que puede y eso le dará fuerza", sostienen e Internet es por ahora su única arma.|