La guerra en Ucrania parece permanente. Ninguna de las partes parece capaz de destruir a la fuerza contraria o de articular lo que se necesitaría para llegar a un acuerdo de paz. Los rusos están hablando con Bielorrusia, India y cualquier otra persona que puedan encontrar, pero nadie puede ayudar lo suficiente en el campo de batalla o en la fábrica de municiones para cambiar el rumbo.

Los ucranianos están hablando con los Estados Unidos, la OTAN y cualquier otra persona que escuche para que continúen recibiendo armas, tal vez incluso algunas nuevas. Pero Ucrania aún no ha quebrantado a Rusia, preocupada como está por evitar el colapso del país, y hacerlo puede resultar difícil. En el campo de batalla, hay movimiento en ambos lados, pero el movimiento no lleva consigo el sabor de la victoria. Entonces, ¿cuándo terminan las guerras si el liderazgo no cede?

La historia muestra que hay varias respuestas a esa pregunta.

1. Una guerra termina cuando a un bando le falta material para continuar. La campaña de Alemania en la Segunda Guerra Mundial terminó cuando no pudo producir y desplegar las armas necesarias para defenderse de las potencias aliadas.
2. Una guerra termina cuando la moral de un bando se agota, cuando los soldados y los civiles simplemente no están dispuestos a soportar el peso de la guerra, incluso si la victoria es posible. Este fue el caso de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
3. Una guerra termina cuando no hay esperanza de un aumento radical del poder militar y cuando la intervención extranjera es imposible. En la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña perseveró sabiendo que no podía derrotar a Alemania, pero esperaba razonablemente una intervención estadounidense.
4. Una guerra termina cuando las consecuencias de la derrota parecen tolerables para los civiles. En la Segunda Guerra Mundial, el público italiano vio la ocupación aliada como una alternativa preferible. (Por el contrario, las naciones seguirán luchando cuando el costo de la derrota sea catastrófico).

Ciertamente hay otras circunstancias en las que una nación resistiría más allá de toda esperanza, y otras en las que la nación capitularía fácilmente en lugar de soportar la guerra. Pero al juzgar la guerra, la clave está menos en el apetito de resistencia de los militares, ya que luchar es lo que hacen los militares, y más en los apetitos de los civiles, que producen material de guerra y soportan una carga de pérdida y dolor que puede hacer que la guerra sea imposible de ganar. .

Para tratar de entender cómo termina la guerra de Ucrania, debemos considerar todos estos asuntos y más, pero con un enfoque particular en la disposición de los civiles a continuar luchando. Sin duda, el público está cansado de ambos lados, los rusos por las bajas y la subsiguiente convocatoria de más reclutas, y los ucranianos por los constantes ataques contra civiles e infraestructura civil. Los rusos desearían el fin, pero no a costa de la rebelión de las familias cuyos hijos fueron llamados a filas. Los ucranianos están limitados por su temor de que ceder ante los rusos pueda traer un reinado de terror. En este caso, la nación más cansada de la guerra es también la más temerosa de las consecuencias de la derrota.

Los límites del material y de la industria

A ninguno de los dos países le preocupa la pérdida de material. Ambos desearían más, pero querer más no conducirá a la capitulación. La falta de materiales podría hacer que uno o ambos busquen al menos una resolución. Ambos bandos luchan actualmente con cierto nivel de armamento. No están rompiendo el otro lado y no tienen motivos para creer que sus suministros actuales lo harán.

Los rusos tienen su propia planta industrial, además de armas importadas de lugares como Irán. Ucrania tiene un flujo masivo de armas de Occidente, particularmente de Estados Unidos. Esto ha creado una guerra estable pero interminable. Si esto continúa, existe una seria posibilidad de pérdida de la moral civil. Por lo tanto, Moscú intentará asegurarse de que su planta industrial y sus relaciones permanezcan intactas mientras busca socavar los envíos a Ucrania. Ucrania intentará asegurarse de que EE. UU. mantenga al menos sus entregas de armas mientras trata de minimizar el flujo de armas a Rusia desde el extranjero.

Debido a que ambos enfrentan el problema de la moral civil, ambos intentarán minimizar el temor civil a la derrota. Pero mientras Ucrania tema una derrota ante Rusia, la capitulación es prácticamente imposible. No se puede decir lo mismo de Rusia. Por lo tanto, el resultado más probable serán las conversaciones de paz, forzadas por los disturbios internos en ambos países.

Ya hay algunos disturbios en Rusia, pero pocos en Ucrania. Los rusos no han podido avivar los disturbios allí y, por lo tanto, tendrán que participar en una campaña de terror aún más intensa, si pueden.

Pero las conversaciones de paz no ocurrirán hasta que haya una sensación de desequilibrio como se describe en ambos lados. Debe haber un elemento de compulsión. Entonces, la clave es la manipulación de la población civil extranjera, la defensa de las poblaciones nacionales y la introducción de armas nuevas y prácticas que impondrán el dolor sin desencadenar una intervención extranjera.

Con el tiempo, entonces, la sensación de imposibilidad de victoria desencadenará conversaciones de paz, pero no hasta que la realidad lo obligue.