Este miércoles, los ocupantes de las Islas Malvinas elegirán a sus representantes para la Asamblea Legislativa, los únicos políticos que son votados de forma democrática en el archipiélago argentino invadido por Gran Bretaña.
Los quince postulantes a la Gilbert House, el edificio que alberga al cuerpo deliberativo, se presentan a título personal y sin partido político -que no existen en la isla- y pelearán por ocho bancas, cinco por Puerto Argentino (Stanley) y 3 por el Campo.
Según los datos oficiales del padrón, un total de 1.610 isleños están habilitados para sufragar: 1.356 en la jurisdicción de Puerto Argentino (Stanley) y 254 en el interior campestre.
Los “kelpers”, como se autodenominan los británicos ocupantes de las islas, deben elegir a los legisladores cuyas funciones pasan por diseñar el presupuesto, sancionar las leyes y elegir a tres representantes del cuerpo para formar parte del Consejo Ejecutivo de Gobierno de las islas, que integran junto al jefe ejecutivo, el secretario de finanzas y el gobernador, este último designado por la reina.
En la breve campaña electoral, las principales discusiones pasaron por el costoso proyecto de renovación del puerto y la chance de endeudarse para poder sustentar las obras, la necesidad de contar con un servicio de internet eficaz y accesible, la posibilidad de instalar la salmonicultura, los bajos montos de las jubilaciones, la transición hacia energías renovables, el alto costo de la construcción y la falta de créditos hipotecarios, así como los recurrentes viajes de los legisladores a Londres.
De los quince postulantes a la Asamblea Legislativa, diez nacieron en Malvinas y cinco vienen del exterior. Cuatro de ellos, de Inglaterra: John Birmingham, un ex miembro de la marina mercante nacido en Manchester que se instaló a trabajar como granjero en 1974; Roger Spink, un contador que llegó en 1986 a trabajar en la Falkland Island Company y terminó siendo su director entre 2001 y 2016; los militares Chirs Locke, veterano de la guerra del 82, y Gary Webb, que llegó con los Royal Engineers en el 87 para trabajar en la reconstrucción de las islas y luego se quedó a integrar la fuerza de policía local. Entre los extranjeros se encuentra Leona Roberts, chilena nacida en Punta Arenas y actual integrante de la asamblea.
Entre la muy singular lista de postulantes que han nacido en las islas, además de la geóloga Emma Brook y la ejecutiva Ana Crowie, hay personas de distintas edades y profesiones.
Teslyn Barkman y Stacy Bragger, por ejemplo, se dedican al periodismo y son parte de la generación nacida después de la guerra. Gavin Short, de 59, es una de las voces más escuchadas de la radiofonía local y trabaja también en el aeropuerto. Es un nacionalista acérrimo, se reconoce “de origen obrero” y ya integró la Asamblea en otros períodos.
Ian Hansen es un antiguo campesino devenido en gran terrateniente de Hill Cove, Mark Pollard es un experto en telecomunicaciones y Peter Biggs es un veterano de las Fuerzas de Defensa de las Islas, los soldados locales que no pertenecen a la base militar de la OTAN. Además, Zane Hirlte es un empleado asistente de bajo rango en la Dirección de Educación y June Besley-Clark es la administradora de un hospedaje para turistas que siempre se presenta para las elecciones pero aún no ha ganado.
En tanto, Spink, Roberts, Barkman, Bragger, Hansen y Pollard son miembros de la Asamblea desde 2013 y aspiran a la reelección.
Pero más allá de los diferentes orígenes y visiones, todos los candidatos a la Gilbert House coinciden en el rechazo a la Argentina, que impone sanciones a empresas que realicen actividades en las Islas Malvinas sin la autorización del Gobierno. Asimismo, eluden cualquier posibilidad de que los vuelos entre el continente y el archipiélago tengan como ciudad de destino a Buenos Aires.
La candidata Emma Brook resumió esa idea en una frase: "No me gusta la Argentina y mientras menos tengamos que ver, mejor", lanzó.
Cualquiera sea el resultado de los comicios, lo único claro y seguro es que la población isleña en su gran mayoría seguirá viendo con recelo y desconfianza a la Argentina continental. |