Las delegaciones del gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) han concluido el primer ciclo de trabajos de la Mesa de Diálogos de Paz, que había sido iniciada el 21 de noviembre y finalizó hoy.
En un evento realizado en Caracas, la Mesa logró retomar el proceso que había quedado truncado en agosto de 2018, y permite volver a construir sobre los espacios en los que ya se había logrado avanzar.
La intención es culminar el proceso que busca poner fin a un conflicto armado de casi seis décadas que ha dejado al menos 450.000 muertos, entre 1985 y 2018.
"Esto reitera el compromiso de respetar el papel de los países garantes, evitando que vuelva a presentarse una situación contraria al derecho internacional, tal como aconteció en el pasado gobierno, cuando se desconocieron los protocolos acordados y se agredió a los países garantes, especialmente a Cuba", señaló la organización en un comunicado oficial.
Agenda de trabajo
Más allá de la importancia de haber retomado el diálogo entre las partes, el encuentro permitió firmar una serie de acuerdos que encamina la relación entre ambos sectores.
En primer lugar, se logró acordar una agenda de diálogos, que básicamente consiste en retomar lo firmado en 2016, añadiéndole nuevos elementos acordes a los nuevos contextos, tanto el local como el internacional. Además, se pretendió dotar a la propia Mesa de Diálogos por la Paz de un carácter más institucional, mediante una normativa que regula y potencia su trabajo. Ello incluye principios y procedimientos básicos para su funcionamiento, y también normativiza el apoyo de la comunidad internacional a través de los países garantes, además de la ONU y la Conferencia Episcopal de Colombia.
También las partes reconocen la "grave situación de violencia que se presenta en los territorios", y por ello decidieron poner en ejecución un "acuerdo parcial de atención de emergencias", que regirá a partir del primer mes del año próximo sobre Bajo Calima y Medio San Juan. También reconocieron la "grave situación humanitaria que se vive en las cárceles" y acordaron "atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos del ELN".
Finalmente, acordaron también un plan de "comunicaciones y pedagogía", con el propósito de "fortalecer y ampliar el apoyo y la participación de la sociedad colombiana y la comunidad internacional en el proceso de diálogos".
Detalla el documento final que, desde agosto pasado, "en manifestación clara de su compromiso con la paz" de Colombia, el ELN ha dejado en libertad a 20 personas, entre civiles e integrantes de la fuerza pública.
Venezuela, con un rol clave
Hubo también un agradecimiento a Venezuela, por su "apoyo solidario y eficaz para el desarrollo de este primer ciclo", lo que marca de algún modo el cambio en el clima bilateral desde la asunción de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
La sintonía con Nicolás Maduro también quedó expresada en un comunicado del gobierno venezolano. "Para nuestro país, su pueblo y su gobierno ha constituido un hecho de trascendental importancia haber podido servir como sede inicial de este ciclo de trabajo", sostiene un comunicado oficial de la presidencia, destacando el proceso impulsado por el gobierno de Petro. "Como país garante de este proceso, la República Bolivariana de Venezuela ratifica su compromiso y cooperación para que el mismo pueda llegar a feliz término, en aras de alcanzar la tan anhelada paz total del hermano pueblo de Colombia", concluyeron.