Un total de 317 nicaragüenses han sido despojados de su nacionalidad por el gobierno de Daniel Ortega. Entre los últimos 94 figuran los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, además de periodistas, abogados involucrados en temas de derechos humanos y ex militares.
Fueron considerados “traidores de la patria”, y además de perder sus documentos como ciudadanos de ese país, todos sus bienes fueron confiscados.
El Presidente chileno Gabriel Boric ha sido uno de los más críticos del régimen de Ortega, incluso cuando era candidato a La Moneda, y fue uno de los primeros en ofrecer asilo y nacionalidad chilena a todos los expatriados.
En un comunicado de prensa, la Cancillería detalló que “el Gobierno de Chile arbitrará los medios legales necesarios para ofrecerles la debida protección internacional”, esto es, para que “les permita residir en el país y obtener la nacionalidad chilena según las normas constitucionales y legales que la regulan”.
Gioconda Belli, novelista y poetisa, fue la primera en aceptar el ofrecimiento del mandatario chileno. “Agradezco al Presidente Boric, a todos los que nos han extendido su mano. Tengo muchísimos amigos y gente que quiero en Chile, por eso voy a tomar la nacionalidad chilena”, expresó.
La escritora además agregó: “La solidaridad chilena nos ha abrazado a los nicaragüenses que hemos sido despojados de nuestra nacionalidad y de todo lo que poseíamos en Nicaragua. Eso es un atropello a los derechos humanos; no lo reconocemos”.
Argentina, México y Colombia son los otros países que han ofrecido residencia definitiva a los expatriados. Sergio Ramírez, otro destacado escritor, anunció que aceptaría la nacionalidad colombiana.
Conflicto en el PC
Sin embargo, no todos se mostraron conformes con la decisión del Presidente Boric. Daniel Jadue, ex precandidato presidencial del Partido Comunista se dirigió al mandatario en relación a este tema. “El Gobierno de Chile dijo que era inadecuado que representantes de otros países tuvieran palabras y opiniones sobre problemas externos. Yo le recomendaría al Gobierno que se preocupe de las problemáticas que hay en el país”.
Sin embargo, su propio conglomerado rechazó la decisión del régimen de Daniel Ortega, y a través de un comunicado aseguraron que esta medida “constituye atropellos a los derechos humanos y fue aplicada a centenares y miles de chilenos y chilenas bajo la dictadura cívico-militar de Pinochet”.
En relación a las palabras de Jadue, la ministra del Interior, Carolina Tohá, indicó que “Chile tiene un compromiso con los derechos humanos y ciertamente va más allá de nuestras fronteras. Nos preocupan los derechos de los seres humanos en todo el mundo”.
El ofrecimiento del Presidente Boric también tuvo un buen recibimiento en el mundo político de manera transversal.
Uno de sus mayores detractores, el senador de derecha Iván Moreira, señalo que no tiene “ningún complejo, como crítico de este Gobierno, de reconocer y de valorar una conducta que ha tenido consecuencia en el tiempo: el Presidente Boric siempre ha rechazado y ha criticado las dictaduras de izquierda y eso se valora”.