El presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que lideran los sondeos de intención de voto para las presidenciales del domingo en Brasil, se sacaron este jueves los trapos al sol por la corrupción de sus gobiernos en el último debate en televisión antes de los comicios.
El líder ultraderechista y el dirigente progresista, que protagonizan las elecciones más polarizadas en la historia de Brasil, se lanzaron duros ataques en el debate organizado por Globo, la red de mayor audiencia del país, en que citaron los diferentes escándalos de corrupción de sus gobiernos.
"Lo que está en juego en las elecciones es el futuro de la Nación. Brasil era una cleptocracia. Lula fue el jefe de una gran organización criminal. No podemos continuar en el país del robo", afirmó Bolsonaro al recordar escándalos como el de los gigantescos desvíos de recursos públicos de la petrolera estatal Petrobras.
El líder ultraderechista afirmó que venció las elecciones de 2018 para acabar con el robo y la corrupción de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), la formación que gobernó Brasil por 13 años primero con Lula y luego con Dilma Rousseff.
El exdirigente sindical, favorito para las elecciones con cerca del 48 % de las intenciones de voto y que puede garantizar su elección el domingo ya que tendría más del 50 % de los votos válidos, pidió derecho a defenderse y aprovechó los minutos que le fueron concedidos para contraatacar.
"Es una mentira decir que monté una organización criminal. En lugar de decir eso debería referirse a los desvíos de que son acusados sus hijos, de los robos en su Ministerio de Educación, de la mafia que intentó obtener ventaja con la venta de vacunas contra la covid", afirmó el aspirante izquierdista.
Según Lula, sus acusaciones no son las "mentiras descaradas" citadas por Bolsonaro sino conclusiones de una comisión del Congreso que investigó la gestión de la pandemia.
"Mentiroso, expresidiario, traidor de la patria", respondió inmediatamente el jefe de Estado, al que también se le concedió el derecho de respuesta, al recordar los 580 días que Lula pasó en prisión condenado por dos procesos de corrupción que terminaron anulados por la Corte Suprema por irregularidades.
Bolsonaro recordó que Lula fue condenado en tres diferentes instancias y liberado por tener un "amiguito" en la Corte Suprema.
Recordó igualmente un escándalo de corrupción que salpicó a uno de los hijos de Lula y las denuncias de sobornos recibidos por aliados del expresidente en diferentes estados.
"Es insano que un presidente venga aquí a decir eso. Es una desfachatez", respondió Lula, antes de afirmar que una de las primeras medidas de su Gobierno, si es elegido, será acabar con el sigilo de 100 años que Bolsonaro impuso a datos que implican a su familia. "Voy a acabar con esos sigilos para saber qué es lo que quiere esconder", dijo.
Los escándalos de corrupción en el Gobierno de Lula también fueron citados por otros candidatos.
El aspirante por el partido Novo, Felipe D'Avila, afirmó que el líder progresista fue el responsable por los mayores escándalos de corrupción en la historia de Brasil. "Cómo es que una persona como esas tiene capacidad moral para liderar Brasil", dijo.
El candidato laborista, Ciro Gomes, que fue ministro en el primer Gobierno de Lula, afirmó que muchas personas que participaron en negocios con el Ejecutivo confesaron que robaron y le devolvieron al Estado 16.000 millones de reales (unos 3.076 millones de dólares). "No da para decir que no pasó nada", dijo.
Ante las acusaciones de los diferentes participantes en el debate, Lula recordó todas las medidas que adoptó para combatir la corrupción en su Gobierno y afirmó que fueron tales decisiones las que permitieron desbaratar las redes de corrupción y castigar a los responsables.