El tablero ya está sobre la mesa y empiezan a jugarse las cartas para lo que será un año electoral importantísimo en el país vecino. Brasil todavía no logra superar la crisis que ha dejado su cuestionada lucha contra los efectos del Covid-19 y la pandemia que trajo consigo. Uno de los principales apuntados es el actual presidente Jair Bolsonaro, que sabe que debe realizar una campaña importante si quiere hacerle frente a Lula Da Silva.
Puede que esta sea una de las razones para modificar sensiblemente su gabinete, sin embargo, según las leyes electorales brasileñas, todo ministro que aspire a un cargo electivo debe dejar su cargo seis meses antes de los comicios, que este año serán celebrados el próximo 2 de octubre. Más allá de la cuestión técnica, es cierto que Bolsonaro pretende reubicar estratégicamente algunas figuras a las que considera como pilares de su gestión.
Si bien el mandatario no especificó cuáles serán los ministros que dejarán sus cargos, se prevé que estará el titular de la estratégica cartera de Infraestructura, Tarcísio Gomes, a quien el propio presidente quiere como candidato al Gobierno regional de Sao Paulo. Teniendo en cuenta la densidad demográfica del estado paulista, se trata de una posición estratégica similar a lo que sucede con la provincia de Buenos Aires en Argentina.
Por lo pronto, lo único que se conoce con certeza son las palabras del presidente, que en una conferencia de prensa en la ciudad de Porto Velho, anunció: “tenemos previsto, hasta hoy, que once ministros van a disputar las elecciones”. Cabe aclarar que Jair Bolsonaro se encuentra en dicha ciudad perteneciente al estado amazónico de Rondonia, por una reunión pautada con el presidente peruano, Pedro Castillo.
En octubre próximo, además de un nuevo presidente, serán elegidos los gobernadores de los 27 estados del país y serán renovadas las cámaras legislativas nacionales y regionales.
Hasta hoy, todas las encuestas dan como claro favorito para las presidenciales al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, el mayor antagonista político de Bolsonaro y quien gobernó entre 2003 y 2011. De acuerdo con esos sondeos, Lula acumula una intención de voto cercana al 45 %, frente al máximo de 30 % que se le atribuye al actual gobernante. |
