Cada tanto el pontífice argentino recibe este tipo de amenazas, que aunque no son consideradas un serio peligro siempre son controladas. Pero esta vez, causó un cierto revuelo una carta con sello postal francés dirigida simplemente a “El Papa, Città del Vaticano, piazza S. Pietro in Roma” que llegó en la madrugada de este lunes al centro de distribución del correo italiano en Pescheria Borromeo, en la zona de Milán. Contenía tres proyectiles de pistola.
La “lettera” con los proyectiles fue de inmediato secuestrada por el Arma de Carabineros, llamados por los responsables de la oficina postal. Durante la misma mañana del lunes, se informó que había sido identificado el que mandó la carta. Una escueta información señala que “se trata de un hombre ya conocido por los gendarmes vaticanos con quienes los carabineros de Milán se coordinarán para evaluar el gesto y la eventual peligrosidad”.
La rapidez fulmínea de la identificación permite deducir que la Gendarmería Vaticana, encargada de asegurar la incolumnidad de Francesco, tiene catalogada desde hace tiempo la caligrafía y las modalidades del que escribió la carta. Es evidente que se trata de alguien conocido por haber enviado en el pasado cartas de este tipo al Vaticano.
Lo que más interesa a los carabineros es saber dónde está el personaje. “No es lo mismo saber que está en Francia y no en la plaza de San Pedro en Roma”, comentaron los investigadores. Aunque se pueda tratar del maniático psiquiátrico de siempre, los carabineros y la gendarmería vaticana no creen que el asunto deba ser tomado a la ligera.
La estampilla de la carta es francesa y dentro del sobre hay una copia de un pago de diez euros pero no se sabe por qué cosa ni en cuales circunstancias fue realizado. El diario Corriere della Sera aporta un dato: la carta tenía además un mensaje relacionado con el juicio iniciado en el Vaticano el 27 de julio contra diez personas, entre ellas un cardenal, por supuestas irregularidades en la compra de propiedades de la Santa Sede.
El juicio penal es el más escandaloso en la historia del Vaticano en el que el principal acusado es el cardenal italiano Angelo Becciu, acusado con nueve funcionarios, especuladores financieros y abogados de haber cometido delitos por malversación de fondos, abuso de funciones, fraude, extorsión y blanqueo de capitales.
Una historia que se escribe a partir de la decisión de Becciu, que era el “ministro del Interior” del Papa Francisco, de invertir 200 millones de euros en 2014 en la compra de un edificio de lujo en Londres que había sido depósito de las tiendas Harrods. La operación se demostró una pesadilla por los intereses que se desataron hasta hacer estallar el peor escándalo de corrupción en el Vaticano en los últimos 30 años.
La primera audiencia duró más de siete horas en un improvisado tribunal en una sala de los Museos Vaticanos, por la falta de espacio en la sede de justicia. Pasada una primera instancia, el juicio continuará ahora en octubre.|