Israel reforzó las medidas de seguridad y elevó su nivel de alerta ante la posibilidad de que una marcha ultranacionalista israelí, prevista para esta tarde en Jerusalén, agrave la tensión con los palestinos y genere una reacción violenta del movimiento islamista Hamás, que llamó a la protesta.
El Ejército israelí desplegó baterías del sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro para protegerse ante el eventual disparo de cohetes por parte de las milicias palestinas desde Gaza, según medios israelíes.
Esto ya se produjo el pasado 10 de mayo, cuando un desfile israelí del mismo tipo se realizaba por la parte antigua de la Ciudad Santa, en la zona oriental ocupada, para conmemorar el Día de Jerusalén.
Este evento, junto con días de violencia, represión policial y choques entre palestinos y agentes israelíes en Jerusalén Este, resultó ser detonante final de la escalada bélica entre Israel y grupos armados de Gaza en mayo, la peor desde 2014, que se saldó con la muerte de 255 palestinos en el enclave y de 13 personas en Israel.
La marcha de hoy, programada para las 17.30 hora local (14.30 GMT), pretende emular la movilización del pasado 10 de mayo, que se vio interrumpida por las alarmas antiaéreas ante el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás.
Grupos ultranacionalistas marcharán con banderas israelíes por alrededor e interior de la Ciudad Vieja hasta llegar al Muro de las Lamentaciones -principal lugar de culto del judaísmo-, aunque se les vetará cruzar por la Puerta de Damasco que da acceso al barrio musulmán, uno de los principales focos de tensiones de los últimos meses.
Muchos palestinos consideran como una provocación este evento, en el que se reivindica la soberanía israelí sobre la Ciudad Santa ya que conmemoran lo que consideran la reunificación de la urbe en 1967, que para los palestinos marca el inicio de la ocupación.
Inicialmente, los organizadores convocaron el desfile para el pasado jueves, pero se postergó hasta el martes ante temores de que encendiera la tensión en un momento político delicado para Israel, que estaba inmerso en plena transición gubernamental.
Este domingo, tras semanas de polarización e incertidumbre, el llamado "Gobierno del cambio" fue ratificado finalmente en el Parlamento, desbancando del poder a Benjamín Netanyahu, por lo que la marcha supone el primer reto de seguridad para el Ejecutivo.
El primer ministro, el ultranacionalista Naftali Benet, advirtió de que Israel no dudará en responder con la fuerza si recibe ataques de Hamás, que apeló a un Día de la Ira ante el desfile de hoy y alertó que podría ser "el detonador de una nueva batalla".
El ministro de Seguridad Pública, Omer Bar-Lev, se reunió anoche con altos cargos de seguridad y dio su aprobación final a la marcha; mientras que la Policía desplegará más de 2.000 agentes y cerrará el tráfico de varias calles principales para garantizar el orden público y el recorrido de la movilización.|