"No hay duda de que los egipcios están peor económicamente tras una década bajo Al Sisi", afirmó a EFE el director adjunto del Tahrir Institute for Middle East Policy, Timothy E. Kaldas, quien subrayó que el mariscal ha gobernado "con mano de hierro durante diez años y él es el responsable de la situación actual" del país de los faraones.
Las últimas cifras gubernamentales de la tasa de pobreza en Egipto es del 29,7 % en 2019.
Pero desde 2020, por la pandemia y la guerra en Ucrania que han agudizado la crisis, esa cifra "es, sin duda, mucho mayor. La participación de la población activa ha disminuido constantemente durante la última década y la participación de la población activa femenina en Egipto es una de las más bajas del mundo, según el Banco Mundial", recordó Kaldas.
Lo llaman resiliencia
Al Sisi, entonces ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas, anunció en un discurso televisado hace diez años la destitución del presidente y líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, tras las protestas masivas en su contra que arrancaron pocos días antes, y nombró al juez egipcio Adly Mansur como presidente interino de Egipto.
Mansur duró apenas un año, hasta que unos nuevos comicios dejaron a Al Sisi como presidente. Desde entonces, Egipto ha vivido en una montaña rusa definida por el presidente y otras entidades que respaldan al país, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), como ejemplo de "resiliencia".
Eso parece ser lo único que hace que el país salga adelante.
Más allá de guerras y pandemias, que han dañado particularmente a un país que depende de la importación de productos alimentarios y del turismo para sobrevivir, son otros los problemas internos que han profundizado la crisis.
Grandes proyectos como la construcción de una nueva capital administrativa al este de El Cairo, la incursión constante del Ejército en la economía, o la falta de liquidez de divisas y de inversiones extranjeras han dejado a la población contando cada día el poco dinero que les queda.
El Gobierno de Al Sisi "expandió su imperio económico al tiempo que obligaba al Estado a contratar empresas" de propiedad estatal para una serie de proyectos, "muchos innecesarios como su nueva capital administrativa que ya ha costado decenas de miles de millones de dólares", dijo Kaldas.
"Como resultado de su imprudente y depredadora gestión de las finanzas del Estado, el país se encuentra ahora sumido en una preocupante crisis de deuda", resumió.
Uno de los mayores expertos económicos del actual Egipto indicó que "en lugar de inversiones vitales en educación y sanidad, el presidente ha invertido en el monorraíl más largo del mundo y en la torre más alta de África".
En un momento en el que la inflación ya supera el 30 %, la moneda local ha perdido la mitad de su valor en tan solo un año frente al dólar y el precio de la carne ha subido casi un 90 %, el analista expresó que "Al Sisi no puede censurar el precio de un kilo de carne y no puede borrar el conocimiento del público" de que se han derrocado otros gobernantes anteriores por "fracasos menos graves que el suyo".
Al Sisi, "¿el salvador de los coptos"?
Durante estos diez años de la caída de los islamistas, Al Sisi ha tenido un gran aliado, la Iglesia Copta, después de presentarse como el "protector" de una minoría que representa cerca del 10 % de la población y que históricamente ha sido duramente perseguida.
"Cuando Al Sisi se convirtió en presidente, ofreció a los coptos muchas protecciones e hizo gestos muy simbólicos como asistir a una misa en la Catedral o enmendar la ley de la construcción de las iglesias (...) Se presentó como el protector de los coptos", dijo a EFE la profesora asistente de la Universidad de Toronto, Miray Philips.
La Iglesia copta llamó a protestar contra Morsi, pero a lo largo de estos últimos diez años, han sufrido "un aumento de los ataques" del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ha matado a decenas de ellos.
También han sufrido un "mal uso de la lucha antiterrorista" lanzada por el Gobierno: "Lo que han hecho es acusar de terrorismo a la sociedad civil y eso ha impactado también a los activistas coptos, que han sido encarcelados acusados de pertenecer a organizaciones terroristas, lo cual es irónico", aseveró, en referencia a algunos activistas como Ramy Kamel o Khalil Rizk Khalil.
La experta concluyó que todo ello "plantea la cuestión de si los coptos han estado realmente protegidos" bajo el Gobierno de Al Sisi.